Hoy, Domingo de Gloria o de Resurrección, da por terminada la Semana Santa, que fue celebrada a medias por el pueblo ecuatoriano, la mayoría perteneciente a la religión católica. Esto, a causa de las más recientes medidas restrictivas emitidas por el COE Nacional, para evitar más contagios y muertes por el coronavirus que viene atacándonos desde hace más de un año.

Las nuevas disposiciones, que incluyen una vez más el toque de queda y un estado de excepción que durará todo el mes de abril, restringen nuevamente la libertad de movilización y celebración a la ciudadanía. Por segundo año consecutivo, las iglesias no pudieron abrir sus puertas para recibir a sus creyentes y tampoco se realizaron las procesiones propias de la fecha.

La decisión a última hora de un toque de queda y cierre de playas, parques, y otros lugares recreativos, impidió que miles de ciudadanos se movilizaran a estos sitios de descanso, causando pérdidas económicas al sector hotelero y recreativo que bastante mal la han pasado desde que inició la emergencia sanitaria.

Y sin importar cuántas restricciones nuevas deba acatar la ciudadanía, nada evitará las aglomeraciones del 11 de abril, día en el que miles de ecuatorianos deberán salir de sus hogares para votar por quien será el próximo presidente del Ecuador, y las limitantes de Semana Santa habrán sido en vano.