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Opinión

Editorial: Problemas en el río Guayas

El Guayas es el río tutelar de Guayaquil, en cuyas márgenes fundó Francisco de Orellana la ciudad que pasaría a ser la más poblada y activa del país, al convertirse en el puerto principal del Ecuador. Este puerto, que fue fluvial por cerca de cuatro siglos, tuvo que ceder paso al puerto marítimo, levantado al sur de la urbe, debido a la sedimentación que estaba formando el material que arrastraban los afluentes del Guayas, el Daule y el Babahoyo, y que no se lo pudo evitar por la falta de un drenaje siempre prometido y hasta proyectado, pero jamás cumplido.

Sin embargo, sobreviven pequeños muelles donde acoderan sobre todo embarcaciones como parte de la actividad pesquera e industrial. La fuerza del flujo y reflujo de las mareas fluviales ha producido peligrosas situaciones. En más de una oportunidad, con barcos que suelen quedarse a la deriva. Y la recurrencia de estos incidentes ha levantado la alerta sobre el peligro provocado por la falta de una necesaria regulación por parte de las autoridades navales.

Hace algunos días cuatro naves, al desatarse las amarras que las sujetaban al puerto, quedaron a la deriva, con el peligro de chocar contra las estructuras de los puentes que cruzan el Guayas, lo que felizmente no ocurrió; pero de haberse producido habría significado pérdidas económicas de consideración y provocado interrupción y molestias para el intenso tráfico vehicular que diariamente cruza por estos pasos viales.