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Opinión

Editorial: El potencial de nuestra cultura

En este feriado de los Difuntos, la gastronomía forma parte de un símbolo espiritual, además de cultura

Ahora, más que nunca, con el cambio generacional, los avances tecnológicos y la poderosa influencia de costumbres extranjeras en la sociedad, debemos cuidar y sostener nuestras tradiciones. Tener memoria histórica es también responsabilidad de los pueblos; es la identidad de la patria que no se puede perder.

La colada morada, bebida ancestral con más de cinco mil años de historia, tiene su origen en una ofrenda utilizada por los pueblos indígenas durante los meses de lluvia de octubre y noviembre. Además, según la cosmovisión andina, está vinculada a los difuntos. Esta bebida se mantiene en la preferencia de los hogares como símbolo espiritual y de recuerdo de los fieles difuntos, permitiendo cada año una conexión entre las familias.

Lejos de considerarla un simple brebaje, la colada morada—junto a las guagas de pan—debe recibir el impulso necesario para que su receta sea reconocida mundialmente, tal como lo hacen otros países con su cultura. Que estos alimentos tradicionales sean considerados por importantes portales de reseñas gastronómicas a nivel mundial debe ser capitalizado en una potente campaña de marca que muestre el rostro positivo de nuestra identidad y, por ende, se traduzca en un puente para el turismo.

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