Las imágenes son claras: en una de ellas, un supuesto taxista se baja, enciende fuego en una ramada y se va, mientras las llamas se extienden rápidamente. Ocurre igual en otros sectores y, por ahora, en Quito hay al menos 4 registros gráficos -videos-, que demuestran que los incendios fueron provocados premeditadamente.

La ciudadanía debe tener muy claro que este es un problema que no le compete solo al Municipio (al capitalino, en este caso, aunque ocurre igual en otras ciudades), a los bomberos o a las autoridades de control, sino que la corresponsabilidad es de todos. La presencia de estos pirómanos, considerados como unos delincuentes pues su accionar irresponsable pone en riesgo muchas vidas y causan enormes pérdidas en sectores productivos y la naturaleza, debe ser castigada con todo el peso de la ley.

Además, si se conoce que el 99 % de incendios forestales son provocados de una manera directa o indirecta, es hora de que los diferentes GAD revisen las legislaciones vigentes en cuanto a sanciones, incluidas multas y prisión, por estos hechos. Sin embargo, es más que necesario insistir en que la ciudadanía no puede mirar atónita estos hechos. Si alguien conoce o sabe algo de estos delincuentes pirómanos, ¡denúncienlos y paremos esta masacre a la naturaleza, pero ya!