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Opinión

Editorial: Peligros en la ciclovía

La bicicleta, el más liviano de los vehículos, con solamente dos ruedas y carente de motor, es usada como medio de transporte (lo que se ha multiplicado por la crisis económica causada por la pandemia) y también en la práctica deportiva como imprescindible ejercicio que agilita y pone en movimiento los músculos del cuerpo humano.

Desgraciadamente, pese a haberse trazado en buen número de calles y avenidas de la urbe las llamadas ciclovías para el uso y protección de los ciclistas, en estos últimos tiempos se han producido algunos accidentes de tránsito que han provocado la muerte o graves daños a quienes tripulan estos livianos vehículos. Y se teme que tales accidentes se vuelvan a dar con la misma frecuencia debido a la impunidad que ha venido protegiendo a los causantes de tales desgracias, ya que un buen número de conductores no respetan los señalamientos de estos espacios.

Esta impunidad está también provocada, sobre todo, por la inexistencia de cámaras que deberían revelar la identidad de los infractores, por la lentitud de los procesos judiciales y por la falta de acciones para obligar a jueces y fiscales a imponer la ley para sancionar a quienes no respetan la movilidad en la vía pública.