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Opinión
Editorial: Una oportunidad histórica
Es esencial que el debate no se convierta en una descarga de ofrecimientos alejados de la realidad del país
Una vez que quedaron definidos los ejes temáticos para el debate presidencial de este domingo 23 de marzo, a los ecuatorianos solo les queda esperar un verdadero intercambio de ideas y propuestas de altura, y no una ‘guerra’ de acusaciones, show o dramas. Es esencial que el debate no se convierta en una descarga de ofrecimientos alejados de la realidad del país.
Es el momento adecuado para que los ciudadanos exijan responsabilidad y madurez de los aspirantes a Carondelet, para que sus propuestas no solo indiquen el qué, sino también el cómo. El formato del debate, organizado por el Consejo Nacional Electoral, debe permitir una exposición amplia de ideas, sin que se limite el espacio de los participantes ni se les permita divagar o recurrir a frases vacías.
Los ecuatorianos merecen escuchar propuestas claras sobre cómo los candidatos abordarán los problemas urgentes del país, relacionados con la criminalidad, la seguridad social, la educación, el empleo y la gobernabilidad. Este es el momento para que los aspirantes expliquen sin ‘barajes’ cómo planean resolverlos. Las respuestas deben ir más allá de promesas generales; deben ser planes concretos para sacar de una vez al Ecuador del hueco. Esta es una oportunidad histórica, no la desaprovechen.