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Opinión

Editorial: Obras vitales para los ciudadanos

Es el cuento de nunca acabar. El Quinto Puente se ha convertido en un anhelo guayaquileño que ha retoñado y decaído un sinfín de veces en los últimos años, al punto que genera frustración, pues es una obra necesaria. Presupuestos que se vuelven a hacer, prospectos que se reforman, se amplían, se reducen, se discuten y se vuelen a denegar, constituyen la película que la ciudad aspira a que llegue a su fin. Pero no con el archivo del proyecto y su olvido, sino con su inmediata adjudicación para que se empiece a construir, pues los problemas de tránsito, agravados por la circulación de transporte pesado por sus principales y congestionadas avenidas, son inmanejables e intolerables. 

La ejecución de las obras cruciales para mejorar la calidad de vida de la población no pueden estar sujetas a cálculos, revanchismos ni intereses particulares.