Ya se metieron en Guayaquil y pasaron por Durán, en Guayas; arribaron a Puerto Bolívar, en la provincia de El Oro; y han estado por buen tiempo en la ciudad de Manta, en Manabí, con tanquetas militares y montón de uniformados, todo esto para tratar de asustar a los delincuentes... Tratar nomás, porque de allí a que lo logren es otra cosa, aunque de algo sirve porque sí se ha golpeado a estructuras criminales, aunque estas siguen demostrando que tienen armamento y billete como para seguir esta guerra de largo.

Y aunque hay que resignarse a la triste realidad de que los grupos delictivos organizados (GDO, les llaman) parecen ser inquebrantables, la única ayuda posible que ven por ahora los ciudadanos es la continuidad de los militares en las calles, como un respaldo a las labores de la Policía Nacional.

Los habitantes de la provincia de Los Ríos y miles de conductores que utilizan sus vías que conectan la Sierra con la Costa ecuatoriana, paso obligado para muchos, piden que la ciudad de Quevedo también sea intervenida, pues ha sido tomada por la delincuencia. Por sus vías, conductores son asaltados, golpeados, violentados, secuestrados a cada rato. Ya pocos se atreven a pasar por la ruta Babahoyo-Quevedo-Santo Domingo en las noches, porque la muerte los acecha.

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