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Opinión

Editorial: Flores sin aranceles

Ecuador es el primero y más importante de los exportadores de banano en el mundo, a comienzos de la década de los 60, el ‘boom’ petrolero nos dio derecho a ser parte de la OPEP. Nuestro país es, además, uno de los más destacados vendedores de camarones en el mercado mundial. Y desde hace pocas décadas se ha convertido en un gran exportador de su producto agrícola.

Una gran noticia acaba de llegarnos desde los Estados Unidos, nuestro principal importador, y es que el Gobierno de ese país ha decidido reducir a cero, es decir a la nada, el arancel que antes teníamos que pagar como necesario impuesto aduanero. Lo que a las claras quiere decir que los ingresos van a aumentar considerablemente, lo que resulta muy significativo y estimulante en momentos en que por culpa de la pandemia del coronavirus nuestra economía se vio severamente afectada causando pérdida en millones de dólares y baja de ingresos para el Estado y las empresas privadas.

Esta situación es más que beneficiosa luego de que, tras haber reportado un grave aumento en la tasa de desempleo (más de un millón de desocupados) el sector florícola, que ha creado cerca de cien mil empleos, directos e indirectos, espera aumentar esa cifra. Ojalá una situación similar pueda darse en la exportación de rosas, sobre todo, las que enviamos a Europa y otros países asiáticos.