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Opinión

Editorial: Fiestas a medio gas

Los próximos feriados de Navidad y Año Nuevo se celebrarán a medias en el país. En Salinas ya no habrá la tradicional quema de años viejos al pie del mar, ya que el COE Nacional ha dispuesto el cierre de las playas para esos días, ni el brindis con bebidas alcohólicas en las veredas.

Y es que entre las restricciones para los próximos festejos está la venta de alcohol de jueves a domingo. Tampoco estará permitido beber en la vía pública, bajará el aforo en restaurantes, no habrá eventos masivos, entre otras cosas. Todo esto se hace para evitar, en la medida de lo posible, un rebrote más fuerte de contagios por coronavirus, aunque muchos empresarios y comerciantes ven esta decisión como un fuerte golpe a sus bolsillos.

En las últimas semanas se ha evidenciado notablemente el aumento de contagios y muertes por esta terrible pandemia que nos viene afectando desde principios de año. Los hospitales están, otra vez, casi a tope de personas contagiadas y volver al aislamiento sería terrible para la economía ecuatoriana, que ya ha sido duramente golpeada. La iliquidez fiscal aún no merma y poco se puede hacer frente a la alta tasa de desempleos que ha dejado el COVID-19, tanto en el sector público como privado.

Se espera, pues, que con la aplicación de medidas restrictivas se eviten más pérdidas humanas, nuevos confinamientos y todo lo que esto acarrea.