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Opinión
Editorial: Después del estado de excepción
Sin embargo, es necesario insistir –y eso está en manos de los COE cantonales– en aplicar restricciones, con el fin de evitar un repunte de contagios.
Termina mañana el estado de excepción en 16 de las 24 provincias del país y muchos –seguramente– saldrán ‘alocados’ en busca de diversión con el pretexto del próximo feriado por el 24 de Mayo, olvidando que todavía sigue el colapso en los hospitales y clínicas por los contagiados y fallecidos, víctimas del coronavirus.
Y es que los cuatro fines de semana que nos encerraron para frenar los contagios de este mortal virus, según los epidemiólogos, no han sido suficientes para lograr una disminución de infectados y de muertes diarias en ciudades como Quito, Guayaquil, Portoviejo, Machala y Cuenca. La ocupación de camas en las Unidades de Cuidados Intensivos continúa a tope. Es decir, no hay chance para un solo contagiado más.
Obviamente no vamos a llegar a las cifras de julio y agosto del año pasado, cuando los decesos cayeron a cero y el panorama del manejo de salud era más alentador. Sin embargo, es necesario insistir –y eso está en manos de los COE cantonales– en aplicar restricciones, con el fin de evitar un repunte de contagios. Es lo que necesita nuestra población, porque algunos no han entendido que esto es cuestión de vida o muerte.
Pero las medidas deberán ir enfocadas a atacar la desobediencia que tiene su nicho en las fiestas clandestinas y otro tipo de aglomeraciones, y no paralizar las actividades económicas que tanto necesitan despegar en esta época crítica. Sin ingresos es difícil que una familia enfrente a la COVID-19.