La memoria humana juega un papel fundamental en nuestras vidas porque a través de ella guardamos en el pensamiento y en el corazón (razón y sentimiento) a los seres entrañables que nos fueron abandonando a través de los años para entrar en el descanso eterno a que nos conduce la inexorable muerte.

Con este partimiento profundo e imperecedero a nivel mundial se ha escogido una fecha, el primer día del penúltimo mes del año, conocida como el Día de los Difuntos en que, con ternura y tristeza, los vivos rinden su homenaje a los muertos que en su existencia fueron familiares, amigos y hasta personas a las que admiramos por la actividad que cumplieron en nuestra historia local o nacional.

El temor de un rebrote de la pandemia del COVID-19 ha obligado a las autoridades de la mayoría de cantones del país a cerrar no solamente los parques durante este puente vacacional, sino también y sobre todo los cementerios para evitar aglomeraciones de quienes rinden culto a sus muertos, ya que se puede producir el peligroso rebrote del coronavirus. Por ello y ante las medidas restrictivas aplicadas en los conventos e iglesias las ceremonias para estas celebraciones se harán de manera virtual y se podrán ver desde nuestros hogares, libres de un posible contagio.