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Opinión
Editorial: Todos deben rendir cuentas
Los compromisos de ejecución de obras y de prestación de servicios de las exautoridades locales, que no se concretaron o que se ejecutaron a medias por las malas contrataciones, no pueden quedar en el olvido por parte de sus sucesores, porque no solo se gastaron los recursos públicos, sino que las necesidades continúan siendo apremiantes.
Hay tiempo perdido en el dragado del río Guayas, ofrecido por la anterior Prefectura, que seguramente les pasará una alta factura a los habitantes de la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón) durante el invierno que está por empezar, que según pronósticos estará acompañado de un fuerte fenómeno de El Niño, con lluvias torrenciales e inevitables inundaciones.
La anterior Alcaldía le quedó debiendo a Guayaquil el anillo vial para entrar a Chongón y otras obras urgentes, vitales para mejorar la movilidad en la ciudad y entre esta y sus cantones vecinos. Por eso la exalcaldesa aún debe rendirle cuentas al pueblo, así como su sucesor.
Los ciudadanos tienen que reclamar por la ineficiencia y la corrupción que impiden el desarrollo de la ciudad en todos sus ámbitos. Las desatenciones de las Prefecturas y de los Municipios también han sido las causantes del hastío ciudadano y de la pérdida de los espacios que ahora ocupan los grupos criminales.