Quito será hoy el centro de manifestaciones de organizaciones sociales y sindicales en rechazo a la eliminación del subsidio a los combustibles. Es comprensible que estos sectores expresen su descontento y defiendan sus derechos a través de la protesta pacífica. Sin embargo, es crucial que esta libertad se ejerza de manera responsable y respetuosa.

Las movilizaciones deben mantener un equilibrio entre el derecho a la protesta y el respeto por la movilidad y el trabajo de los ciudadanos que necesitan generar ingresos para sus familias. Los bloqueos y las interrupciones no solo afectan a los propietarios de vehículos, sino también a los pequeños comerciantes, empleados y trabajadores que dependen del transporte público y privado para desplazarse diariamente.

La democracia implica el derecho a la libre expresión, pero también la responsabilidad de respetar los derechos de los demás. En un contexto económico y social difícil, como el que enfrenta Ecuador, es importante encontrar espacios de diálogo y búsqueda de soluciones que beneficien a todos los sectores de la sociedad.

Que esta jornada no marque el inicio de un plan de desestabilización mediante violencia y vandalismo, como ha sido la tónica desde 2019. La población ya está suficientemente preocupada por la inseguridad, que ahuyenta a los turistas y afecta a los negocios, como para tolerar una paralización de actividades que solo incrementará la pobreza y la intranquilidad.

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