Es lamentable ver cómo, cada semana, Emelec se tropieza con un nuevo problema que agudiza la crisis dirigencial y futbolística en la que ha caído este club, uno de los grandes del deporte ecuatoriano. Si no son las demandas, son las huelgas de los jugadores para exigir el pago de sueldos atrasados o la salida de futbolistas. No hay una semana tranquila para la actual dirigencia, que acumula fuertes cuestionamientos por parte de hinchas, quienes la acusan de un desacertado manejo del plantel.

Acostumbrados a ganar campeonatos o disputar los primeros lugares, los emelecistas esperan respuestas de la directiva que sirvan para enderezar el rumbo y marcar su propio camino.

También es necesario aclarar cuál es la verdadera visión y misión del club; solo así se podrá tomar distancia de administraciones pasadas que fueron exitosas. Solo el tiempo y los resultados permitirán juzgar su gestión.