Las garras del microtráfico en Ecuador se han vuelto tan ‘estudiosas’ de sus víctimas que ahora actúan, sin contemplación alguna del daño que hacen, fuera y hasta con ‘infiltrados’ en escuelas y colegios de ciudades como Guayaquil, Durán, Milagro, Pedro Carbo, Daule y más urbes de Guayas, lo mismo que en algunas otras provincias como Manabí, El Oro y Los Ríos.

Colocar un par de policías a la salida de los planteles o mandar uno que otro patrullero por unos cuantos días a vigilar zonas donde haya escuelas y colegios son apenas medidas parches, acciones apuradas de las autoridades cada vez que ocurre un ataque delictivo con saldos trágicos que enlutan a familias ecuatorianas.

¿Qué ha pasado con la inteligencia investigativa que permita acabar con estas redes de microtráfico alrededor y dentro de los planteles? ¿Cuáles son los planes en escuelas y colegios para controlar a sus alumnos? ¿Cómo involucrar más a los padres de familia en estrategias de control, de la mano de profesores y policía?

No esperen que haya más muertos en las calles. Que no sigamos lamentando cómo un día matan a un joven y dos meses después a su padre y hieren a su hermano supuestamente por vinculaciones de microtráfico. ¡Es vital que las autoridades de educación se involucren más en la forma de enfrentar esta problemática!

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