El peligro que se vive en las calles ecuatorianas está rebasando todos los niveles de inseguridad. Casi a diario se cometen asesinatos o “ajustes de cuentas” al estilo sicariato. Las personas mueren de la manera más cruel a manos de criminales, seres inescrupulosos que no piensan que atrás de sus víctimas existen familias.

Pero cuando la muerte violenta le llega a una personalidad o figura conocida la sociedad cree tocar fondo. Esta vez le tocó al presentador Efraín Ruales y las voces de protestas no se hicieron esperar. La indignación es nacional, porque sin importar cuál haya sido el motivo de su asesinato queda claro que en este país es más fácil matar a una persona y no ser capturada que conseguir un trabajo.

Y no se puede solo culpar a la situación económica por la proliferación del sicariato, hablamos de una crisis social, una gran crisis de valores que viene desde hace tiempo y matar a sangre fría es el punto máximo de degradación del ser humano.

Los asesinatos de esta índole seguirán sucediendo hasta que las autoridades no pongan cartas en el asunto, y para este tipo de acciones violentas deben tomarse medidas extremas y ya es hora de que esto suceda. Mañana no será una figura pública, pero la muerte seguirá doliendo a una madre, a un hijo o a un hermano. ¡No se puede seguir viviendo en tierra de nadie!