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Opinión

Editorial: ¡Sin árboles ni sombra!

Desde hace un mes, aproximadamente, Guayaquil ha venido soportando un fuerte calor desde tempranas horas de la mañana, que se convierte en un infierno en las tardes y que sigue igual en las noches. Si bien en algunos trabajos, en especial oficinas, y casas se puede acudir a la ayuda del aire acondicionado o ventiladores, para todos no es igual.

Quienes deben salir a las calles sufren ese golpe de calor que ha causado hasta desmayos en algunas personas, en especial quienes sufren de presión arterial. La gente quisiera correr y resguardarse bajo la sombra de árboles que permitan cierta frescura, pero eso es imposible en Guayaquil, una ciudad donde el cemento, unos troncos mutilados por la cochinilla y unas maltrechas palmeras constituye toda el área verde de la ciudad. ¡Qué pena por eso!