No solamente empeñamos nuestro petróleo y algunas grandes obras públicas a los chinos en convenios realizados en época del expresidente Rafael Correa, sino que también, al parecer, se les dio una carta libre para llevarse en peso toda la biodiversidad de especies que se encuentran dentro de nuestro espacio marítimo.

Ya es costumbre enterarnos de que las embarcaciones de ese país están bordeando nuevamente nuestra frontera marítima en aguas internacionales cercanas al Archipiélago de Galápagos, pescando todo lo que encuentren en nuestra fauna marina, en especial tiburones y sus aletas, que son un plato gourmet bien pagado en países asiáticos.

La demanda de estas especies ha provocado la migración de cientos de embarcaciones chinas que vienen a buscar los ingredientes para esas recetas exóticas, dejando como resultado no solo la depredación de estas especies, sino también un rastro grande e importante de contaminación de todo tipo.

Las consecuencias de esta invasión cerca de nuestro archipiélago provocarían la afectación de dicha biodiversidad y la posible extinción de especies migratorias. La Fuerza Naval del Ecuador deberá ser más enérgica para hacer respetar nuestros derechos marítimos, haciendo uso de la fuerza progresiva, si fuese necesario, para garantizar nuestros recursos del mar para la población y futuras generaciones, ya que esto no es un ‘cuento chino’.