Ya está en proceso de ejecución la sentencia definitiva en el bullado caso Sobornos, y ahora toca devolver más de 14 millones de dólares. La sentencia definitiva afecta al expresidente Rafael Correa, al exvicepresidente Jorge Glas y a otros 16 condenados; todos ellos fueron funcionarios en el régimen anterior, que dirigió los destinos del país durante una década, desde 2007.

Aunque no están de acuerdo con el fallo, empresarios como Pedro Verduga, Rafael Córdova o Teodoro Calle han reiterado públicamente que están dispuestos a pagar 778 mil y pico de dólares que les toca a cada uno. Incluso Verduga, actualmente hospitalizado en una clínica particular, ha comunicado su disposición a cumplir una condena a pesar de considerarla injusta.

¿Y qué pasará con Correa, Glas, Christian Viteri, Walter Solís y otros que desempeñaron importantes funciones públicas durante la década del correato? No se ha conocido aún nada formal, aunque (que se sepa) no hablan de devolver ni un centavo. Pero según respetables constitucionalistas que han seguido este caso, si se niegan a pagar dentro del tiempo establecido o dimiten bienes por la cantidad equivalente a cada uno, el paso siguiente es emitir órdenes de embargo con las medidas preventivas de rigor. O se aplicaría el secuestro de bienes de cada uno de los ya condenados, con todas las duras consecuencias que eso acarrearía.