Nuestra sociedad está enferma con tantas muertes violentas. Cada vez más, los ciudadanos son testigos de la crueldad con la que criminales atentan contra la vida de otros en las calles y a plena luz del día.

De forma inconsciente, desde las matanzas en los centros carcelarios, los ecuatorianos han llegado al lamentable punto de normalizar los asesinatos entre integrantes de bandas delictivas, y en los que se cuentan también a víctimas colaterales. Y todo esto porque desde la vereda del Gobierno no han acertado con un plan de seguridad coherente, no parche, que frene este terrible escenario.

¿Cuánto vale la vida? Un par de balas y la indiferencia de autoridades y de la misma ciudadanía que replica ciertas frases, a modo de justificación: “ajuste de cuentas” y “se matan entre ellos”.