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Opinión
Editorial: Juicios interminables
Hay determinados procesos judiciales a los cuales se busca prolongar el mayor tiempo posible, de una forma por demás desesperada, por parte de ciertos abogados.
Tal es el caso que, por presunto peculado, se sigue contra Daniel Salcedo Bonilla, su hermano Noé y los hermanos Abdalá, Jacobo y Dalo Bucaram, además de Gabriela Pazmiño, esposa de Dalo, el expresidente del directorio del IESS, Paúl Granda, y exfuncionarios del hospital Teodoro Maldonado Carbo, acusados por la asignación de contratos a proveedores de varios productos con los cuales se habría traficado dolosamente en la época más dura de la pandemia.
Daniel Salcedo también tiene otro juicio por intento de fuga hacia Perú en una avioneta que se estrelló en la frontera, accidente en el cual murió el piloto y resultó herido el propio Salcedo, quien ha logrado que lo ubiquen en la cárcel 4 de Quito, donde se ha dado el gusto hasta de bailar con otros detenidos, tal como se lo vio en un video que fue divulgado en redes sociales.
Por eso, cuando ha sido enviado a otros centros de reclusión se ha quejado de que lo amenazan con asesinarlo y logra que lo devuelvan otra vez a la capital.
Ahora, hay un cruce de audiencias para, al parecer, dilatar más los casos de corrupción en los cuales Salcedo está seriamente implicado.