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Opinión

Editorial: ‘Atropellados’ por las peleas

¿Quién controla realmente el tránsito? Análisis del conflicto, sus implicaciones y el impacto en la movilidad urbana

Los políticos ecuatorianos carecen de madurez. Así ha quedado demostrado, una vez más, con la pugna entre el Gobierno Nacional y el Cabildo de Guayaquil por el control del tránsito en las vías a la costa y Daule. Esta disputa, que huele a pura ‘pica’, deja de lado el bienestar ciudadano.

Aunque el Gobierno ha justificado la intervención de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) en estas carreteras mediante un “riguroso análisis jurídico y documental”, y aunque desde el Municipio porteño se ha dicho que no se oponen a la medida, son los conductores y ciudadanos quienes terminan cargando con la parte más pesada del conflicto, al no tener claridad sobre cuál es la entidad de control al mando.

Si se considera que el cambio de competencias es la solución, la CTE debe empezar por controlar correctamente el uso de retornos, carriles de servicio, contravenciones, infracciones y delitos de tránsito. Para eso, sus agentes deben tener presencia permanente en estas vías.

Y mientras se resuelve si hubo o no ilegalidad en esta toma del control, que no empiecen a desaparecer los agentes con el pasar de los días (como ya ha sucedido antes) o, peor aún, que su presencia termine generando más caos vehicular con controles mal aplicados. Que el pueblo no siga siendo ‘atropellado’ por estas peleas.