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Opinión

¿De dónde apareció la letra eñe?...

Hay quienes sostienen que la “eñe” es tan característica que el propio nombre de la lengua la tiene. Por influencia de la Colonia, otros idiomas no emparentados con el latín y hablados en territorios conquistados por los españoles o bajo su dominio la han incorporado en sus alfabetos al volverse escritas. El guaraní o el aymará son algunos ejemplos.

Según la Fundación Comillas, el origen de la letra “ñ” está en una práctica medieval. Antes de la invención de la imprenta, los monjes se dedicaban a copiar manualmente los libros, una tarea que requería tiempo. Cuando debían copiar la secuencia de letras ‘NN’, los frailes abreviaban la escritura, marcando sobre una de las ‘N’ otra letra idéntica, pero más pequeña.

De a poco, el símbolo por encima fue mutando hasta transformarse en la virgulilla clásica que hoy todos marcamos al escribir ‘español’. Así, lo que en latín era originalmente ‘anno’, se volvió ‘año’. No era la única manera de transcribir el sonido que representa la letra. También ‘gn’ o ‘ny’ se volvieron maneras de hacerlo. Pero de a poco el español emprendió una codificación, especialmente con su primera gramática, de Antonio de Nebrija (a fines del siglo XV).

Según la Fundación Comillas, hay quienes afirman que la letra ñ aparece oficialmente en 1295 en la obra anónima ‘La gran conquista’, pero no fue hasta el siglo XIV cuando empezó a utilizarse con mayor asiduidad”.

Aunque la letra ‘ñ’ -que indica un sonido nasal palatal- goce de buena salud en el español, no ha tenido un camino exento de dificultades. Cuando los ordenadores eran fabricados en serie por millones, las directivas de normalización europeas reclamaban que la letra ñ no estuviera presente en los teclados.