Exclusivo
Crónica roja
Tres acribillados en menos de ocho horas en Colimes y Naranjal
Al parecer, las tres muertes fueron selectivas, eso informaron las autoridades. La 'pípol' está consternada por la violencia en tierras guayasenses
“Tenía 15 minutos de haberse sentado en el sofá, cuando la lluvia de plomo lo durmió para siempre”, dijo una vecina de José Mendieta, quien fue asesinado en la ciudadela Adolfo Santisteban, a dos cuadras del destacamento policial de Colimes, provincia del Guayas.
Eran las 19:15 del domingo 9 de abril. José, de 30 años, estaba a una cuadra de su domicilio, sentado en el sofá del barrio, charlando con unos ‘panas’. De repente, dos sujetos en moto pararon a bala la amena conversación, ‘virando’ a José con 14 disparos, distribuidos en la cabeza, rostro, tórax, espalda y manos.
Los desconocidos huyeron de la escena del crimen, con dirección al puente del cantón, según testigos.
Lucas Mendieta y Juana Burgos se abrazaban y buscaban una explicación a la muerte de su cuarto hijo, quien era soltero y residía junto a ellos en este barrio del norte de Colimes.
“Siempre ayudaba a la barriada con obras solidarias, pensamos que tal vez se equivocaron. Ya Colimes se nos dañó para siempre, comentó Sonia, amiga del fallecido.
El Mayor Mauricio Alay Romero, jefe encargado de la Policía de Colimes, confirmó que el joven abatido no registra antecedentes penales. En la escena del crimen Criminalística recogió 6 casquillos percutidos, 9 milímetros, " No existió robo, fue una muerte selectiva", expresó el oficial.
DOS MÁS EN NARANJAL
“Ya no podemos estar en paz en mi cantón. Los asesinatos bajo la modalidad de sicariato son el pan de cada día", así comentaba Hernán, tras el crimen de su amigo Fernando Sisalima, de 35 años, en el barrio 10 de mayo, de su natal cantón Naranjal.
Sisalima, conocido como El Negro, a las 14:00 del domingo 9 de abril fue ejecutado con seis disparos en la cabeza y tórax. Iba caminando por el barrio.
Ocho horas después Juan Chalen, de 45 años, fue acribillado cerca de la planta de agua potable de este cantón guayasense.
Las autoridades, hasta el cierre de esta edición, indagaban si estos dos crímenes tienen o no relación. Por la forma como se dieron estas muertes violentas, la Policía Nacional presume que sería un ajustes de cuentas.
“La pelea de bandas sigue en el territorio de Naranjal. Pedimos más uniformados, porque hay poca vigilancia", detalló Walter, amigo de Sisalima.