Que en Ecuador haya asesinatos todos los días ya no sorprende a nadie. Pero lo que genera  temor genera es que muchos de esos crímenes se cometen con armas de fuego de largo alcance y sofisticadas. Esto demuestra el peligro que implica el que estos objetos caigan en malas manos.

La Zona 8, que comprende los cantones Guayaquil, Durán y Samborondón, lidera el ‘top’ de muertes violentas. En esta área del país, del 1 de enero al 18 de mayo de 2022 se incautaron 791 armas, de las cuales 72 son de largo alcance, principalmente fusiles y subametralladoras.

Otro dato alarmante es que algunas de estas armas estaban en posesión de menores de edad implicados en delitos. ¡‘Peladitos’!

El general Víctor Zárate, jefe policial en esa zona, dice que han realizado un mapeo, logrando determinar que la mayor cantidad de este armamento letal ingresa por la frontera sur, del lado de Perú.

“Necesitamos ser fuertes en el control de las fronteras, conociéndose que tanto la norte como la sur tienen más de 90 pasos irregulares. Estamos articulando con las unidades militares para que se ejecute ese tipo de control”, afirma.

RUTAS UTILIZADAS

El camino de entrada de armas al país descrito por el general Zárate coincide con la información que conoce el coronel en servicio pasivo Mario Pazmiño, exdirector de Inteligencia del Ejército.

La ruta empieza en la propia Sudamérica, en Chile, y pasa por Perú, Ecuador y Colombia. En el territorio nacional hay tramos específicos de abastecimiento a ciudades de la Costa y Sierra, cuyo punto de partida es Huaquillas, en la provincia de El Oro.

“En Huaquillas hay organizaciones delictivas peruanas y ecuatorianas que están vinculadas directa o indirectamente con las bandas de los centros carcelarios”, sostiene Pazmiño.

La movilización también es por vía aérea, a través de narcoavionetas, asegura. Las bandas suelen hacer trueques. Aquí llegan naves con armas, que pueden ser entregadas a cambio de droga.

También llegan mediante envíos de couriers, para lo cual “se desarman y van entrando por piezas alrededor del país”.

Otro método que tienen las agrupaciones criminales para obtener sus ‘juguetitos’ es la captación de equipo de la misma Policía Nacional y Fuerzas Armadas, por intermedio de malos elementos en esas filas institucionales, menciona.

El costo de los ‘truenos’ más demandados va desde los 3.500 dólares hasta las 50 ‘lucas’. Gran parte corresponde a fusiles, pero también aparecen pistolas, que tienen un menor alcance.

La distribución de estos implementos para matar no solo implica la venta. “Lo que hacen es vender las armas y también se dedican a alquilarlas para cometer delitos. Un fusil con accesorios puede costar 10.000 dólares, pero podrían alquilarlo en 700”, apunta Pazmiño.

Luego ese fusil vuelve a su origen y es casi imposible ubicarlo. Pero si luego llega a ser incautado, a través de pericias se comprueba que fue usado en un sinnúmero de delitos e, incluso, en varias provincias. Esto quiere decir que está rotando por todo el territorio ecuatoriano, moviendo una economía ilegal, pero economía al fin y al cabo.