La condición de salud de Víctor Hugo Alcívar, era delicada hasta el viernes 6 de mayo, luego de ser operado en una clínica de Santo Domingo de los Tsáchilas. Él se desempeña como fiscal en esa provincia y, la noche del día anterior, fue atacado por sicarios mientras se movilizaba en un vehículo Toyota junto a su cuñada Melissa Ramos, quien perdió la vida.

El hecho ocurrió a las 20:45 aproximadamente, cuando ambos se encontraban por la avenida Quito y calle Río Yamboya, en el centro de la capital tsáchila. Un testigo informó a la policía que en ese momento una camioneta Mazda, que no tenía placa, rebasó al auto de las víctimas.

Luego, un sujeto delgado y de piel trigueña se bajó con un arma en su mano derecha. Disparó en reiteradas ocasiones a los ocupantes del otro vehículo y después se subió a los asientos posteriores de la Mazda para huir por la calle que se dirige a un centro comercial.

Un ataque con saña

La gente se aglutinó a mirar lo ocurrido y para pedir ayuda. Tanto Alcívar como Ramos fueron llevados a una clínica. Al revisarlos, los médicos detallaron que el funcionario, de 45 años, tenía dos heridas en el abdomen y otras dos en los antebrazos.

Pero la mujer, de 24 años, llevó la peor parte: un balazo le entró por el ojo, otro le perforó la mejilla y el tercero se alojó en la parte izquierda de la sien. Debido a la gravedad de las heridas, la muerte fue de inmediato y cuando la atendieron los galenos solo se confirmó su deceso.

Al tiempo, los policías fueron alertados de la balacera y se dirigieron al sitio, donde se encontraron tres vainas percutidas. En ese instante, a los agentes también les informaron que el carro de los implicados fue hallado en las calles Latacunga y Ayacucho, a dos kilómetros de donde ocurrió el crimen.

Los sicarios se bajaron y antes de irse quemaron el vehículo. Ahora, los investigadores buscan cuáles fueron los motivos del hecho. Aunque, según el extracto policial, se produjo por “delincuencia común / actos de odios”.