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Judicial
¡Socio Vivienda 2 es un 'infierno' para los taxistas!
Hay alerta por robos y secuestros a conductores de aplicaciones en esa populosa zona, en el noroeste de Guayaquil.
¡No es negocio! Al ir a recoger a un pasajero por una carrera en Socio Vivienda 2, los pobres taxistas pueden terminar secuestrados, asaltados y golpeados. Así de fea está la cosa en aquel populoso sector, en el noroeste de Guayaquil.
Estas horrendas experiencias para los conductores vienen ocurriendo con frecuencia durante los últimos dos meses.
Los casos más recientes fueron los del pasado sábado. Ese día, a cuatro choferes que trabajan con aplicaciones les ‘chorearon’ sus vehículos y los tuvieron retenidos en una vivienda.
Por una alerta al ECU-911 tras el robo de un carro, agentes policiales se desplazaron hacia la zona y, afortunadamente, rescataron a los ciudadanos.
El coronel Carlos Ortega, jefe policial del distrito Nueva Prosperina, declaró que los afectados fueron golpeados y luego tuvieron que recibir atención médica.
Los gendarmes encontraron un carro casi al instante, mientras que al otro día localizaron dos coches más abandonados en Los Ceibos, que posiblemente sean los que fueron sustraídos. A los automotores les faltaban piezas.
“Entre abril y mayo han sucedido cuatro casos en los que vamos liberando a personas bajo esta misma modalidad. Quienes trabajan con Indriver y Uber son los más seleccionados por estos delincuentes”, comentó Ortega.
De acuerdo con la información recabada por los uniformados, los pillos solicitan que los recojan en Socio Vivienda 2, para que luego supuestamente los trasladen a su destino.
Sin embargo, cuando el taxista llega, lo interceptan, lo llevan a un domicilio, le quitan sus pertenencias, lo atan y posteriormente se le llevan el auto, el cual suele ser desmantelado y abandonado en otra zona de la urbe. “Los taxistas son interceptados por un grupo de 8, 9 y hasta 10 personas”, explicó el jefe policial de Nueva Prosperina.
Los delincuentes también se valen de adolescentes, quienes engañan a las víctimas con el ‘cuento’ de que sus padres están en otra casa, y hacen adentrarse a los taxistas en el conjunto habitacional, para que los malandrines puedan hacer de las suyas.
Según el coronel, esta situación se suscita específicamente en la manzana 1109. “Las cuatro personas se encontraban en un solo domicilio, lo que nos hace entender que se trata de la misma banda delictiva”.