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Crónica roja

Intentaron huir de los verdugos, pero estos los persiguieron y les 'cayeron' a bala en el sitio que alquilaban.Daniel Vite / EXTRA

Sicarios ‘repartieron’ bala que daba miedo, en Quevedo

Dos jóvenes 'picaron', pero fueron ‘cernidos’ por 12 sujetos armados como para la guerra. Vendedores de drogas del sitio ‘soplaron’ para que la ‘pelona’ no se los lleve.

“La masacre parecía el fin del mundo. El sonido de las balas era igual que las detonaciones de las fiestas patronales”, manifestaron los moradores del sector 21 de Enero, de la parroquia 24 de Mayo, norte quevedeño.

En el sitio perdieron la vida dos jóvenes de 18 años, Cristopher Yandry Arteaga Bautista, alias Miney, y Ronaldo Anthony Moreno Rizo, conocido como Cachorro.

En la zona, nadie quiso identificarse por temor a represalias. Sin embargo, uno de los vecinos, nervioso, relató que alrededor de 12 personas se bajaron de tres carros: uno tipo Ford Explorer color blanco, una camioneta y otro tipo taxi.

El testigo presencial dijo que se quedó helado al ver que los antisociales estaban armados “como si fueran a la guerra (...). Cargaban pistolas y fusiles, además portaban chalecos y chompas. Pensé que eran policías”, expresó el ‘paniqueado’ lugareño.

El recuento

Era cerca de la una de la madrugada del 12 de junio. En el barrio, la ‘pipol’ estaba ‘encaletada’. Cerca de la cancha, en una esquina, antes de ingresar a uno de los callejones, estaban Miney y Cachorro, quienes al ver a sus verdugos salieron ‘soplados’.

Pero según versión de testigos, ellos no fueron los únicos que ‘volaron’, ya que expendedores de droga salieron como ‘flechas’, pues no querían irse con la ‘pelona’.

Sin embargo, los gatilleros persiguieron a sus víctimas, quienes corrieron hasta el domicilio que arrendaban.

Le ‘entraron a plomo’ a la puerta, al colchón, a las paredes... Las balas caían por todos lados. Es más, una persona que estaba ‘tapiñada’ en el baño resultó herida en sus glúteos, pero no corrió mayores riesgos.

Se las ‘olieron’...

Un ‘veci’ contó que los occisos, antes del tiroteo, le habían comentado que les iban a ‘caer’ a bala.

Los jóvenes habían salido temprano hasta Santa Rosa. Habían decidido cambiarse de ‘caleta’, pero la ‘huesuda’ se les adelantó.

Al lugar de los hechos llegaron buses llenos de policías, para poder levantar indicios balísticos que ayuden en las investigaciones.

Recogieron balas de calibre 2.23 tipo fusil y armas de 9 milímetros.

Fuentes policiales revelaron que los asesinatos podrían ser por problemas de territorio en la venta de sustancias sujetas a fiscalización.