A Héctor Cristian Carló Tumbaco, de 24 años, a quien sus panas conocían como Peruano, lo vieron bailando en la plazoleta del pueblo hasta las doce de la noche del viernes  15 de julio de 2022. Después fue asesinado en un bar del barrio Manabí, en el puerto pesquero de Anconcito, del cantón Salinas, provincia de Santa Elena.

Allegados comentaron que Peruano estuvo en la fiesta por la inauguración de una obra. Luego se fue a su casa. Posterior habría ido al local donde lo mataron.

Junto a Carló Tumbaco ‘cayó’ baleada la venezolana Karla Villas Rondón, de 31 años, quien laboraba en el centro de diversión nocturna donde ocurrió el crimen, aproximadamente a las 00:30 este sábado 16 de julio de 2022.

Además, resultó herido Samuel Mieles, de 25 años.

Según lo que unos farreros comentaron a la policía, dos individuos vestidos de negro que se movilizaban en una motocicleta negra sin placa ingresaron al local y una vez que localizaron a las víctimas que estaban tomando cervezas, los tipos les dispararon a quemarropa.

La ráfaga de tiros apagó la música y ‘encendió’ los gritos de los clientes. Se alteraron también moradores, algunos de los cuales corrieron hasta las inmediaciones del bar. En medio de la confusión, la pareja yacía sin vida en el piso.

Por las versiones dadas por los clientes a la Policía, se presume que los atacantes habrían seguido a Carló, porque estos fueron directo donde él estaba y le dispararon.

Sin antecedentes

El mayor Carlos Acurio, jefe de Policía de la subzona Santa Elena, informó que las víctimas no registran antecedentes penales y que el bar karaoke no tenía los permisos respectivos, tampoco contaban con cámaras de videovigilancia, por lo cual fue clausurado.

Los uniformados encontraron doce indicios balísticos calibre 9 milímetros dispersos entre las mesas y sillas.

Héctor Cristian Carló Tumbaco residía en Anconcito, en donde laboraba como tripulante de lancha, y era muy popular en la zona del puerto, donde lo llamaban por su sobrenombre.

Hasta el cierre de esta edición, el cadáver de Karla permanecía en la morgue de Santa Elena, los uniformados avisaron de su deceso al consulado venezolano. Se desconocía si la extranjera tiene familiares en el país.

Mientras los peritos desplegaron su labor de recolectar indicios, habitantes expresaron su temor por las muertes violentas que vienen ocurriendo en la localidad.