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Santa Elena: Devotos bañaron sus propias cruces
En Ballenita cumplieron con el Baño de la Cruz, tradición que se inició hace 52 años por un profesor salvadoreño
Entre los creyentes que cada Martes Santo acudieron al Baño de la Cruz en Ballenita, provincia de Santa Elena, estuvo la devota María Suárez, quien también llevó su pequeño crucifijo para lavarlo en el mar, en agradecimiento a un milagro recibido hace cinco años.
A ella le detectaron una mortal enfermedad y los médicos le diagnosticaron pocos días de vida. “Me vine al Baño de la Cruz y oré tanto al pie del mar, cuando sacaron la cruz del agua la toqué y le pedí a Dios que me sane y le prometí que cada año bañaría mi propia cruz”, dijo la mujer.
Al ser beneficiada con el milagro de seguir viviendo “tengo que cumplir con mi promesa hasta mi muerte”, expresó Suárez.
Juan Gonzabay, un artesano de la población de Palmar, también acudió al acto religioso porque logró recuperarse después de un accidente de tránsito.
Cuando estuvo enfermo en silla de ruedas participó del baño y le pidió a Dios volver a caminar. Él también sumerge al mar una pequeña cruz que tiene en su hogar.
¿CÓMO NACIÓ ESTA TRADICIÓN?
La primera vez que se efectuó el Baño de la Cruz en Ballenita fue el martes 6 de abril de 1971. Así consta en los archivos de la biblioteca del Municipio de Santa Elena. La fecha también fue corroborada por familiares del salvadoreño José Napoleón Nativí Ventura, quien trajo la tradición del país centroamericano.
Dagoberto Nativí narró que su padre, un catedrático, llegó a laborar a Ecuador en 1955 y se radicó en Guayaquil y en vacaciones acudía a los balnearios de la península.
En 1971 llegó a Santa Elena a dictar cursos gratuitos en época de Semana Santa, fue entonces que para emular una de las celebraciones que realizaba en El Salvador pidió la autorización a la Vicaría Episcopal y junto con sus amigos, alumnos y pescadores de Ballenita realizaron el acto de fe.
EN QUITO: Arrastre de caudas
Este miércoles 5 de abril de 2023 se realizará el Arrastre de Caudas, en la Catedral Metropolitana de Quito.
La capital ecuatoriana es la única ciudad en el mundo que realiza esta tradición, uno de los eventos más memorables del catolicismo en Semana Santa en el país.
Este acto que se cumple desde hace dos siglos simboliza el triunfo de Jesús sobre la muerte, enarbolando la bandera negra.
PREPARACIÓN CON AYUNOS
Con ayunos y rezos, en los templos católicos de Santa Elena, se preparan para rememorar la Pasión de Jesucristo. Durante el día los devotos podrán confesarse.