Eran las 20:40 del domingo y el equipo de sus amores no remontaba el marcador, pero Carlos Alberto Muñoz Bustamante, de 55 años, no perdía la esperanza. “Vas a ver que ganamos”, decía a sus panas con quienes miró el último partido del Ídolo, hasta que un pistolero acabó con su vida.

Muñoz y otros panas estaban viendo la jornada futbolística en la parte de afuera de su vivienda, en la calle del Malecón Eloy Alfaro y calle Décima Primera, en el sector conocido como La Olla, en la ciudad de Quevedo, provincia de Los Ríos.

Los asistentes disfrutaban de unas copas e incluso ‘apostaban’ por la posibilidad de que la escuadra canaria se superaría y ganaría el encuentro contra el equipo manabita.

En medio de la euforia de los expectantes, dos sujetos en motocicleta se aproximaron. Uno de ellos se bajó, sacó un arma y disparó contra Muñoz Bustamante, conocido como Pata Corta, dejándolo tirado en el suelo, según lo que testigos comentaron a los agentes.

Por la ráfaga de balas también resultó herido Carlos Luis Tumbaco, de 45 años, amigo de Muñoz.

Los dos hombres fueron llevados hasta el hospital de Quevedo, donde los médicos comprobaron el deceso de Muñoz, mientras que su amigo pudo ser estabilizado de las heridas de bala.

En La Olla vivieron momentos de tribulación, ya que aseguraban que esa zona quevedeña es tranquila.

A unos allegados del fallecido no les quedó otra cosa que resignarse con la noticia.

Agentes de Criminalística levantaron en el sitio 9 indicios balísticos de arma de fuego calibre 9 milímetros.

Para la policía, esta muerte sería algún “ajuste de cuentas”, ya que Pata Corta tenía historial por tenencia y posesión de sustancias sujetas a fiscalización.