Con la sangre que quedó en el lugar donde fueron asesinados a balazos Juan Israel Álava García, de 35 años, y Carmen Rocío Rivera Coello, de 50, en Quevedo, provincia de Los Ríos, en una sábana blanca pintaron una pequeña cruz.

Aquel acto efectuado por familiares de las víctimas sería, según creencia popular, para que los occisos tengan descanso eterno y, además, para que los asesinos caigan en manos de la justicia lo antes posible.

También encendieron velas donde cayeron, tras el ataque a las 21:40 del domingo 4 de septiembre de 2022, cuando las víctimas estaban conversando en una esquina.

El jefe encargado de la Policía en Quevedo, Daniel Inga, indicó que hallaron 17 indicios balísticos de arma de fuego 9 milímetros e investigan los motivos por los cuales unos sujetos que se bajaron de un carro blanco y acribillaron a Álava en la lotización Las Palmiras, en la parroquia San Camilo. Los balazos también impactaron a la mujer.

Eduardo Rivera, hermano de Rocío, dijo que su ñaña no se metía con nadie y se dedicaba a vender pescado para subsistir.

Rocío, según el pariente, había salido de su casa en su motocicleta y se quedó en la esquina conversando con Álava, conocido como Munra.

El anhelo de Rocío era ver de regreso a su única hija, quien actualmente vive en España y conocer a sus dos nietos. Las balas lo impidieron.

Velado en la casa de su madre

En el sector Galo Plaza, de Quevedo, dieron el último adiós a Jairo Geovanny Cedeño Mendoza quien, según su esposa, Ángela Soria, fue asesinado con un disparo, la mañana del domingo 4 de septiembre de 2022.

La conviviente indicó que su esposo pertenecía a un grupo de ciclistas y que en el momento en que le dispararon se dirigía a su casa en la parroquia Venus del Río Quevedo. Al parecer, lo interceptaron para robarle.

Lo velaron en la casa de su madre, en el sector Galo Plaza, porque así lo había expresado la víctima.