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Judicial
El terror llegó para quedarse en Quito
La gente ya no solo percibe la inseguridad, sino que la está palpando. Locutor cuenta su experiencia con los criminales. Especialistas analizan el tema.
Cuando Pablo Iza sale a la calle lo hace con la sensación de que alguien lo sigue. Mira a todos lados y cualquier desconocido es un sospechoso en potencia.
¿Por qué? Su día a día cambió radicalmente desde que tuvo un contacto supercercano con la delincuencia y lo contó a EXTRA. Hace poco más de dos semanas, Iza, de 37 años, salió de su casa y fue al garaje donde guarda su vehículo.
“Soy locutor de radio y entro a trabajar a las cinco de la mañana. Por eso me toca madrugar y cuando iba a ver mi vehículo, me percaté de unos sujetos sospechosos”, cuenta. Lo raro, según Iza, es que los hombres iban a bordo de dos BMW.
Ya en su carro, avanzó hacia su trabajo, recorrió unas cuantas cuadras y uno de los tipos de los autos de lujo le cerró el paso. Sin dudarlo, Iza lo chocó porque pensó lo peor y empezó la discusión con aquellos tipos.
La congestión se formó y los otros conductores se impacientaban. Eso causó que los individuos del auto ‘aniñado’ huyeran, sin llegar a un acuerdo con el locutor.
“Al ver eso, me di cuenta de que los tipos o querían secuestrarme o querían asaltarme. Siendo otras personas, y más si tenían un carro de lujo, se quedaban para arreglar el choque”, relató el perjudicado.
Investigador y analista en seguridad
‘Teatro’ para delinquir
Para Arturo Torres, investigador y analista en temas de seguridad, lo que sintió Iza es común, no solo en él, sino en la mayoría de quiteños y de ecuatorianos. “Ya no podemos hablar que existe una percepción de inseguridad. Ahora, la estamos palpando”.
A decir del especialista, este es un fenómeno que se ha regado por el país, especialmente en zonas críticas como Guayaquil y las grandes ciudades, incluida la Carita de Dios. “En este hecho, podemos ver el patrón delictivo que tienen ahora las bandas y es de simulación. Por ejemplo, un choque”.
Y un caso que evidenció que los delincuentes metían ‘teatro’ para amedrentar se dio en Cochapamba, norte de Quito. Un video que se difundió el 23 de marzo, mostró a dos tipos que cargaban un arma y amenazaban con hacer daño a la gente del barrio.
Pero cuando la Policía los identificó, porque supuestamente se dedicaban a la extorsión bajo la modalidad de ‘vacunas’, descubrieron que esa pistola era de juguete. Al no haber denuncia ni personas afectadas, fueron liberados.
Desconfianza
Estas acciones son las que propician la desconfianza de la ciudadanía hacia la autoridad, a decir de Carlos Alulema, general de la Policía en servicio pasivo y fundador de la Dinased. “Al reducir esa confianza, se desemboca en otros aspectos negativos como la toma de ‘justicia’ por mano propia desde la misma gente”.
Y eso precisamente se vivió este jueves, cuando un grupo de moradores de Llano Grande, norte de Quito, golpeó a un hombre que fue acusado por intento de robo de una camioneta. Estaban tan indignados que le ‘molieron’ las manos contra el piso con un martillo.
Alulema aseguró que los hechos delictivos, como los que vivieron Iza, la gente de Cochapamba y de Llano Grande, son la muestra del pánico que se generó con el incremento de la inseguridad.
General en servicio pasivo