Una familia está sumida en el terror y la angustia luego de recibir las fotos de uno de sus seres queridos que, según ellos, fue secuestrado en la Ciudadela Ibarra, sur de la capital. Las imágenes revelan que aquel joven, de 22 años, habría sido asesinado.

Sin embargo, las gráficas no solo son el reflejo de la maldad con la que actuaron los secuestradores, quienes habrían decapitado al chico. También muestran otro panorama que, de a poco se expande: a Quito ya estarían llegando los ‘mensajes’ al estilo de los cárteles mexicanos.

El rapto se registró el 20 de enero. Una allegada a la familia contó que la víctima estaba dentro de un asadero de pollos, durante el mediodía de esa fecha, cuando fue sometido por cuatro sujetos armados que llegaron en dos motocicletas.

“Lo golpearon con las cachas de las pistolas en la cabeza. Una familiar de él forcejeó con ellos para que no se lo llevaran, pero no se pudo”, detalló la mujer.

Descuartizado

Dos cuadras más adelante de donde se produjo el secuestro, a los tipos los esperaba un taxi, en el que fue embarcada la víctima. “A las cuatro de la tarde, los tipos mandaron una foto de él sentado en el taxi. Dos horas después enviaron otra en la que se veía solo su cabecita”.

Pero hasta ayer el cadáver no había sido localizado, por lo que la mujer realizó gestiones con la Policía para dar con el muchacho. La allegada del joven, quien no tiene antecedentes penales, contó que él se dedicaba a estudiar, sin embargo, de forma extraoficial se supo que este hecho se habría dado por una disputa entre bandas.

Primera vez en la capital

De dar con el paradero del raptado, y de confirmarse que fue descuartizado, entonces este sería el primer caso de esta magnitud que se da en la Carita de Dios. Otros hechos ya se han registrado en zonas como Guayas, en donde los desmembrados han sido hallados en distintos sectores.

Para Daniel Pontón, analista en temas de seguridad y académico del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), es un claro mensaje de violencia criminal a las personas que son víctimas de este tipo de delitos, así como a la población. “Estamos viendo que este tipo de prácticas (los descuartizamientos) se están repitiendo de manera preocupante. Y aunque en Quito hay tasas no tan marcadas, de asesinatos y homicidios, no se descarta que este tipo de modalidad ya esté llegando”, acotó.