Exclusivo
Judicial
Quito: Canes encontraron un cráneo y dos huesos humanos
El hallazgo se registró en San Juan Alto de Cumbayá. Los moradores esperan que agentes de la Policía realicen la búsqueda del resto del esqueleto.
San Juan Alto de Cumbayá es un tranquilo y pequeño poblado del norte de Quito, que se extiende a lo largo de las avenidas Simón Bolívar y Eloy Alfaro, hasta la conexión vial con la Ruta Viva. El sector está rodeado de colinas y por su centro geográfico pasa una angosta, pero extensa quebrada, a la que se arrojan desechos en algunos tramos.
Esa situación atrae a los canes que son abandonados en la zona, porque encuentran en estos puntos una fuente de alimentos. Y fue así que el reciente 31 de diciembre, dos perros descubrieron un cráneo y dos huesos humanos.
Este hecho fue revelado a Diario EXTRA por algunos lugareños, quienes se encuentran con la intriga de saber quién era la víctima: ¿un hombre, una mujer...?, ¿alguien joven o adulto? Son varias las interrogantes, porque tampoco saben si se trata de una persona que murió de forma natural, accidental o por hechos relacionados con violencia interpersonal o el crimen organizado.
Lo que sí tienen claro es que no es algún vecino, porque los habitantes son pocos y la mayoría se conoce.
El hallazgo
Un morador -bajo reserva de su identidad- contó que el descubrimiento fue al mediodía del 31 de diciembre, cuando se realizaban preparativos para recibir el Año Nuevo.
El residente comentó que ese día preparaban cerdo para la cena y por eso no les llamó la atención que algunos canes estuvieran con huesos en sus bocas. Pensaban que eran de algún cerdo.
No obstante, se ‘pegaron’ un susto cuando notaron que uno de estos tenía un cráneo. Enseguida llamaron a la Policía, cuyos peritos recogieron tres restos óseos para trasladarlos al Laboratorio de Criminalística y Ciencias Forenses, donde serían analizados.
Abandonados
Los perros que hicieron el descubrimiento no pertenecen a la zona, pero se han habituado a permanecer en la casa de una familia, porque esta les provee de alimento. Por ese motivo fue que habrían llevado las osamentas a ese lugar.
En un recorrido que un equipo de EXTRA hizo en la zona se notó que también hay otros canes que buscan entre las cosas que lanzan a la quebrada. Por eso, los lugareños no saben en qué lugar tomaron los huesos y tampoco si otros animales se llevaron las partes que faltan para completar el esqueleto.
Los habitantes esperan que agentes especializados acudan al lugar para hacer un rastreo y determinar de dónde salieron el cráneo y los dos huesos.
Experto
Análisis con antropólogo
El coronel retirado de la Policía y experto en Criminalística, Mario Corrales Herrera, explica que cuando se registra un hallazgo de osamentas se debe realizar un procedimiento conocido como inspección ocular técnica, que permitirá conocer todo lo que hay en el entorno, al igual que se hace en cualquier caso que genere sospecha.
“Para eso, se debe proteger la escena y buscar indicios, porque es posible que en los alrededores pueda haber prendas, probablemente deterioradas, además de otros objetos que puedan ayudar en la investigación”.
El oficial pasivo detalla que por ese motivo, además, se fijan los indicios con fotografías.
Ante la consulta de qué ocurre cuando se halla un cráneo, Corrales argumenta que “este será analizado por los antropólogos, porque ellos pueden encontrar características que permitan determinar la edad, el género, entre otros aspectos”.
Por último, se extraen residuos genéticos (ADN) para compararlos con muestras tomadas a familiares de personas que han sido reportadas como desaparecidas, concluye.