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El cuerpo fue llevado a la casa de su madre, en la que habita una de las mujeres.Daniel Vite

Quevedo: Dos mujeres peleaban por el amor y el cadáver de un hombre

Al final, una terminó con el cuerpo, pero la otra se llevó los documentos que sirven para el sepelio. El caso llamó la atención de los lugareños.

En la morgue del cantón Quevedo, en Los Ríos, se armó tremendo ‘pito’ entre dos mujeres que se disputaban el cuerpo de Edison Ibarra Vera, quien la madrugada del viernes 10 de junio de 2022 había fallecido en un accidente de tránsito en la vía a Valencia, cerca de la hacienda La Gordita, en la parroquia La Esperanza.

Las féminas, Marina Ampuero y Dayanara Bajaña, protagonizaron escenas con una trama que -según los testigos- ni siquiera se ven en las telenovelas de esta época. Y justamente por los curiosos detalles de esta historia se mantenían atentos al desarrollo de la discusión.

Doña Marina afirmaba ser la esposa del fallecido y repetía que lo único que quería era llevarse al amor de su vida para velarlo en su casa. Y para dar fuerza a sus declaraciones dijo que llevaban 17 años juntos, lo que, para ella, le daba el derecho de dar el último adiós a su marido, con quien no tuvo hijos, pese a los años de relación.

La entristecida mujer sostenía que no era justo que otra persona se lo quisiera llevar a velar en otro sitio.

El problema surgió, al parecer, porque Edison Ibarra habría sido un ‘picaflor’ y habría mantenido una aventura paralela con quien en una ocasión había sido su cuñada: Dayanara Bajaña.

“Esa mujer dice que tiene un hijo de mi esposo. Sin embargo, estaba comprobado que él era estéril y no podía tener niños, conmigo ni con nadie”, refirió Marina Ampuero, quien aseguraba que ella se llevaría el cuerpo para velarlo en la parroquia La Esperanza, en el sector San José 1.

Además, entre sus argumentos, señaló que antes del percance su amado le habría escrito: “vieja, tengo hambre, quieres comer algo”. Y ella le habría respondido que era tarde. Luego de eso salió a realizar su último flete. “Es que él vivía conmigo”, hacía hincapié.

Contraparte

Dayanara Bajaña, a su vez, decía que en los últimos cuatro años ella fue su mujer y que, incluso, habían procreado una hija. “La que debe llevárselo soy yo, porque soy la mujer, la mamá de su hijo”, insistía.

El dolor de ella era porque tenía a su niña de un año y medio y quería que pasen juntos por última vez por lo que quería llevárselo a su casa.

Finalmente, el cuerpo fue llevado a la casa donde habita la mamá del fallecido, sitio en el que vive Dayanara con su hijo. No obstante, el lío continúa, porque los documentos legales para el sepelio se los llevó Marina Ampuero y, hasta solucionar ese inconveniente, no lo podrán sepultar. (DV)