Érick Joel Bonilla se pegó un bailecito antes de salir de su casa para rumbear en una discoteca del barrio San Jacinto de Playas, donde horas después moriría baleado por delincuentes, la madrugada de este domingo 23 de octubre.

“Mijo, no te quedes tomando”, le dijo su tía al joven de 24 años, quien prometió que volvería temprano porque jugaría un partido de vóley en el cantón Pedro Carbo.

Cuando se dirigía a la farra, Érick Joel incluso pasó por la casa de sus padres y se despidió de sus hermanos. ¡Triste presagio!

Cinco hombres ingresaron disparando al centro de diversión para, al parecer, quitarle las pertenencias a los clientes.

Según versiones de testigos, Érick Joel se resistió, les tiró una botella a los delincuentes y corrió al baño, pero fue alcanzado por los criminales que lo balearon en la cabeza, cuello y tórax.

Otra persona quedó sin vida tirada en el piso en medio de un charco de sangre, con un disparo en la cabeza y dos más en el cuerpo.

La violenta incursión también dejó tres heridos, dos venezolanos de 35 y 15 años, con impactos en una pierna e ingle izquierda, respectivamente; y un ecuatoriano con una lesión en el brazo zurdo.

Mientras que en casa de Érick Joel, su esposa y sus dos pequeños hijos se quedaron esperando su regreso. Incluso su uniforme deportivo quedó sobre la cama, pero una tragedia se lo llevó. “Siempre le decíamos que ya no se metiera en las discotecas porque había peleas, pero nunca nos hizo caso”, contó la tía, quien no reveló su identidad por temor a posibles represalias.