Las manos de Mariana López tiemblan mientras sostiene un cartel con las fotos de sus cuatro seres queridos que salieron del país con rumbo a Estados Unidos. “Él es mi hijito Xavier Cruz, ella su esposa Maritza Llasag y mis nietos Jairo y Dayra Cruz”, dice entre lágrimas la mujer, de 49 años.

Su llanto no la deja hablar más porque rememora la trágica noticia que le dieron desde la Cancillería: Xavier y Maritza son dos de los nueve migrantes ecuatorianos que murieron en el accidente de bus en Panamá, el pasado 15 de febrero.

La cartera de Estado confirmó que se logró identificar ese número de víctimas mortales tras dialogar con sus pares panameños. La Cancillería detalló que se costearía el proceso de repatriación de los cadáveres con fondos públicos.

Pero el dolor de Mariana no termina allí porque todavía no sabe si están muertos sus dos nietos, de 10 y 8 años, respectivamente. “Las autoridades han dicho que hay dos niños fallecidos, pero cuya identidad no se conoce. Por eso se harán pruebas de ADN”, confirmó Olga Curicho, hermana de Maritza.

El viaje

Mariana contó que sus familiares viajaron desde el sur de Quito el pasado 4 de febrero. “No sabía que tenían planeado ir a Estados Unidos. Me enteré un día antes del accidente cuando me dijeron que se iban en bus a Costa Rica”, lamentó.

La intención de Xavier y Maritza era darle una mejor vida a sus hijos, ya que a ambos no les fue bien en Ecuador. Él, de 30 años, no hallaba trabajo como pintor de casas, mientras que a su esposa, de 32, le robaron las máquinas de coser que tenía en casa, en Santa Rosa de Chillogallo, el año pasado.

Desgracia compartida

Mariana y el resto de parientes que la acompañaban no eran los únicos afectados por esta desgracia. Aquel dolor también lo siente otra familia que perdió a tres de sus siete integrantes en aquel accidente ocurrido en una zona llamada Chiriquí.

María Rosa Hualpa, de 57 años, también carga un cartel con las imágenes de sus seres queridos que viajaron por un futuro mejor. En las fotos están su hija Blanca Hualpa junto con su esposo Miguel Chugá y los tres hijos de ambos: Nicole, Sandy y Alexander. En ese triste álbum también están los hermanos de Blanca: René y Gustavo Moreta.

“Mi Blanquita vendía frutas en la calle y su marido era chofer de volqueta, Con lo que ganaban no tenían para comer”, recordó María Rosa, aferrada a los retratos. Como la otra familia, los siete decidieron irse tras el sueño gringo el 5 de febrero. Ellos lo hicieron vía terrestre hasta llegar a Panamá, donde, asimismo, subieron al ‘autobús de la muerte’ luego de cruzar la temible selva del Darién.

“Una de mis nietas me llamó antes de viajar en ese bus y contó los horrores que vieron. Había muertos, gente gritando en esa selva”, contó María Rosa, quien se enteró del volcamiento del automotor mediante una llamada que le hizo su hijo Gustavo Moreta.

Él recobró la consciencia en un hospital de Panamá y le pidió un teléfono a una doctora para contactarse a Ecuador. Pero no sabía lo que había pasado con el resto de sus parientes hasta este 28 de febrero.

“A nosotros también nos llamaron de la Cancillería y me dijeron que mi Blanquita, su esposo Miguel y mi nieta Nicole estaban entre los fallecidos”, lamentó la mujer sin dejar de sostener el cartel.

Ambas familias ruegan que las autoridades ecuatorianas los ayuden a traer a sus parientes fallecidos y a los heridos. “Aunque destrozados, acá los vamos a recibir”, dicen.

Suplican por ayuda

Aunque la Cancillería confirmó que la repatriación de los fallecidos se la pagaría con fondos públicos, las dos familias de los perjudicados ruegan que los ayuden para cancelar gastos fúnebres. Si usted desea colaborar a la familia Hualpa puede contactarse a los números 0967936246 o al 0980417584. Para ayudar a la familia Cruz López, llame al teléfono 0985482407.