“Cuando yo me muera quiero que me paseen por las calles de mi pueblo, donde feliz me la pasaba. Quiero que mis vecinos cuando vaya pasando pongan música bien fuerte, de la que a mí me gustaba…”.

Esa es la letra del video que subió en sus redes Steven Villegas, de 28 años, quien murió baleado el pasado 27 de enero, mientras retiraba el cadáver de su esposa Katty Pin (28), quien estaba desaparecida desde el pasado diciembre.

La canción ‘Mi última caravana’, del mexicano Gerardo Díaz y su Gerarquía, fue como un presagio.

El hombre, quien residía en Portoviejo, provincia de Manabí, ‘marchó’ en tierra ajena, en la ciudad de Quevedo.

Villegas y la madre de Katty llegaron hasta la morgue, ubicada en el sector Galo Plaza, zona alta de la urbe riosense. De repente, tres individuos movilizados en motocicletas les cayeron a plomo, informó la Policía Nacional.

La madre de Katty resultó herida en uno de sus pies y fue llevada de emergencia al hospital Sagrado Corazón de Jesús, donde la estabilizaron.

La ‘pípol’ de la zona ‘sopló’ por la balacera. Los gatilleros ni siquiera tuvieron necesidad de entrar al sitio, desde afuera, con fusiles y pistolas ‘quebraron’ a su objetivo, Villegas.

El jefe de la Policía en Quevedo, Érick Carrera, manifestó que, al momento de revisar el sistema del Consejo de la Judicatura, se percataron que Villegas tenía varios antecedentes delictivos por droga e intimidación.

Bendito tatuaje

Juan Carlos Pin, padre de Katty, cuenta que su hija desapareció de Manta, el 12 de diciembre pasado.

El 15 del mismo mes, un cadáver femenino fue hallado cerca de un río de Buena Fe, zona limítrofe con el cantón Valencia.

La mujer había recibido dos disparos en la cabeza y aparentemente presentaba signos de tortura.

El cuerpo no portaba identificación, pero sí un tatuaje, cuya foto circuló el pasado 25 de enero, en redes sociales. Por eso sus familiares dieron con Katty y se desplazaron hasta Quevedo.

Velados por separado

A Katty la despidieron con la música que ella amaba, el vallenato. Fue velada en el barrio San Agustín de Manta.

Su padre señaló que su familiar y Villegas tenían meses separados y así fue su sepelio. A él le dieron cristiana sepultura en el cantón de Portoviejo, donde habitaba. (DV-AG)