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Los 'paparazzis' de la muerte: fotografiaron a Don Naza mientras lo seguían
Seguimiento, tiroteo y persecuciones fue lo que se vivió cuando raptaron a Miguel Nazareno, en Quito. Los testigos narraron lo que vieron.
Dos de los tres detenidos por el secuestro extorsivo y muerte de Miguel Ángel Nazareno, conocido como Don Naza, quisieron salir de ‘cana’. Eduardo Bolaños y Fabricio Poveda solicitaron a la Fiscalía que les dieran medidas alternativas, pero les negaron.
Los dos, junto a Javier Meneses, el otro implicado, fueron aprehendidos en mayo pasado, un mes después del hallazgo del cadáver de Nazareno, en Amaguaña, al sur de Quito, el 14 de abril.
Según la Policía, los tres le habían seguido los pasos al mentalizador de la captadora ilegal de dinero Big Money desde Latacunga, en Cotopaxi (ver infografía).
Con la audiencia de apelación que se hizo para analizar la petición de los dos sospechosos, se revelaron nuevos detalles.
Un tremendo caos
En la diligencia, que se realizó el 1 de julio, se conoció que Nazareno hacía trámites judiciales en territorio cotopaxense, el 12 de julio, junto a su esposa y al chofer del auto en el que se movían. Al tiempo, los implicados ya lo estaban siguiendo y, como si fueran agentes secretos, le tomaron fotos: 43 en total.
Según la pareja de Don Naza, ellos tenían previsto regresar a Quevedo, al siguiente día. Cuando estaban viajando por El Troje, sur de Quito, la mujer escuchó fuertes detonaciones y se dieron cuenta de que eran disparos.
En ese momento, fueron interceptados por un Vitara plateado y se bajaron cuatro tipos, todos armados. Lo que quizá no analizaron los sujetos para ejecutar el secuestro fue que habría muchos testigos.
Una mujer, por ejemplo, dijo que vio cómo los agresores persiguieron a Nazareno, lo golpearon y, en el forcejeo, le quitaron la camiseta. Aseveró que tres de los tipos estaban encapuchados.
“Yo me escondí detrás del puesto de fruta. Yo escuché que los hombres le gritaban (a Don Naza): ‘Súbete, conchatumadre’”, relató un vendedor.
Un taxista, en cambio, identificó que el agredido era el famoso Don Naza, visto por última vez dentro del Ministerio de Defensa, el 7 de abril.
Al ver el secuestro, la gente empezó a hacer bulla, gritando: “¡Policía! ¡Policía!”.
El testigo contó que intentó seguir al vehículo plateado al que embarcaron a la víctima, pero les perdió el rastro. Lo único que pudo hacer fue llamar al ECU-911.
Arma homicida
En la investigación también se detalla que el chofer que acompañaba a Nazareno se bajó del carro apenas comenzó el tiroteo y se escondió a un lado de la carretera. Estuvo ahí durante 20 minutos hasta que llegó la Policía.
Una vez que huyeron los hombres llevándose a Nazareno, los agentes lo hallaron sin vida el 14 de abril en la vía al Pasochoa. Tenía un tiro en su pierna izquierda, estaba atado de manos y sin camiseta, la cual estaba atada en su miembro herido.
Un mes más tarde, los investigadores dieron con Meneses, Bolaños y Poveda. Y el detalle que los ligó fue que les encontraron el álbum de fotos que le hicieron a Nazareno durante el seguimiento en Latacunga.
Pero no solo eso. Los agentes encontraron un casquillo de 9 milímetros, que sería de la bala que mató a Don Naza. Con las experticias determinaron que el arma está implicada en cinco muertes violentas en Quevedo.
Finalmente, ¿por qué Javier Meneses no pidió también medidas alternativas? Según la Judicatura, él cooperará con la Fiscalía en el caso que se indaga como secuestro extorsivo.