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Nueva Prosperina: La 'favela' más peleada por los narcocriminales en Guayaquil
Este sector del noroeste porteño cuenta con características que la delincuencia organizada, al parecer, busca. Hay terror en la zona.
Aún existen verdes colinas y bosques en los valles. Hay canales, riachuelos naturales y parques acuáticos. Zonas protegidas, áreas comerciales, industriales y más... Lo hay, prácticamente, todo. Sin embargo, la inseguridad y la violencia criminal opacan las bondades y el desarrollo del denominado distrito Nueva Prosperina, una jurisdicción que abarca la mayoría de cooperativas y planes habitacionales del noroeste de Guayaquil.
Cada 30 horas, en promedio, una persona es asesinada en este lugar, de acuerdo a las cifras de la Policía Nacional.
Fuentes oficiales han revelado bajo reserva que son, por lo menos, cuatro organizaciones criminales las que se disputan el control de esta zona, porque brinda facilidades para el almacenamiento y transporte de sustancias estupefacientes. Y más aún, porque desde ciertos sectores es fácil observar si ingresan desconocidos, como ocurre en el plan habitacional Socio Vivienda 2, una ciudadela pequeña que estaría bajo el dominio de tres agrupaciones ilícitas.
En otras partes, en cambio, se imposibilita a los investigadores dar un golpe sorpresa. No solo por las vías angostas, tramos fangosos u obstáculos naturales que se les presentan, sino por la línea de vista que pueden tener los delincuentes desde sus guaridas, pues algunas de estas se ubican en las laderas de los cerros. En esos casos, la ventaja la llevan los criminales.
Pero no es la única desventaja para los agentes, pues en comparación al presupuesto que maneja el comando zonal de la Policía, los recursos de los narcocriminales son casi ilimitados. Lo que la institución armada recibe en un año, ellos lo obtienen con un diminuto envío de drogas a los Estados Unidos o Europa (ver infografía).
Por eso, la ciudadanía comenta sentirse indefensa. En los locales comerciales cercanos a la vía Perimetral se han incrementado los pedidos de cuotas para brindar seguridad, de parte de los mismos delincuentes.
Y ahora también buscan someter a los residentes comunes. ¿Cómo? También a través de las llamadas ‘vacunas’. Lo revela María (nombre protegido), quien reside en El Fortín, pues ella y sus vecinos se llevaron una sorpresa que les amargó el despertar del domingo de la semana pasada: sus viviendas amanecieron enumeradas y, de la información que habría circulado en la barriada, se trataría de la previa al cobro de cuotas por seguridad.
Y el temor ha crecido en ellos porque un vecino, quien había huido de aquello desde el plan habitacional Ciudad Victoria, les ha contado que ahí, a diario, a los nuevos habitantes les tocan la puerta para solicitar una cuota diaria de 2 dólares, mientras que a los antiguos les solicitarían $ 7 semanales.
Estos ‘tributos’ son en beneficio de organizaciones criminales que buscan someter a los pobladores. “Son extorsiones”, señala el fundador de la Unidad Antisecuestro y Extorsión (Unase), el coronel en servicio pasivo Kléber Carrión.
“Estos grupos, de hecho, son personas armadas que se dedican a actividades ilícitas, al narcotráfico”, añade.
Y son los que han logrado, de manera paulatina, ir aumentando el terror. En el caso de las ‘vacunas’, los perjudicados temen no pagar porque creen que atentarán contra sus vidas, porque la delincuencia organizada tiene también otras formas de infundir el miedo: con tiroteos.
Pedro, un habitante del bloque 12 de Flor de Bastión, sostiene que hasta un par de meses todavía había tranquilidad en su barriada, porque ni siquiera el ruido de los buses les quitaba la paz, debido a que no están cerca de las calles más transitadas, pero ahora todo cambió: debe encerrarse en su casa temprano, procurar no llegar o salir a altas horas de la noche y no mirar mal a los desconocidos.
¿Por qué? Resulta que las balaceras se habrían vuelto frecuentes en la zona, tanto así que los residentes ni siquiera pueden descansar: “a veces uno pierde el sueño. No se puede dormir”, concluye Pedro, mientras analiza si abandonar el sector en el que -con esfuerzo- edificó su hogar.
VERSIÓN OFICIAL
“Ven al policía como enemigo”
El comandante distrital, coronel Óscar Orellana, explica que por los altos índices de violencia de Socio Vivienda 2, la mayoría del personal y de las operaciones se están concentrando en ese lugar.
Sin embargo, aclara que también se hacen intervenciones menores en Monte Sinaí y Flor de Bastión, donde han notado repuntes de inseguridad. El coronel menciona que se busca combatir los principales males del distrito, que son el robo, el tráfico de drogas, la tenencia de armas, los secuestros y extorsiones.
En este último mal están las ‘vacunas’. Sobre esto, el subcomandante zonal, coronel Fabari Montalvo, lamenta que existan pocas denuncias. “Para intervenir en este tipo de situaciones necesitamos que las personas pongan la denuncia. Puede ser en la Fiscalía o de forma reservada al policía del sector”.
Henry Herrera, jefe zonal de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida (Dinased), reitera que “hay lugares que han sido utilizados como cautiverios para secuestrados”, que “muchas personas han sido llevadas a esos espacios para despojarlas de sus vehículos” y que diferentes sectores de este distrito “han sido utilizados para expender y embodegar drogas”.
“Todo esto genera que se concentre la criminalidad en estos espacios y genere fricciones entre ellos (los criminales)”, sostiene.
El investigador señala que contener la violencia en este distrito tomará tiempo, sobre todo porque no cuentan con el apoyo de la ciudadanía, la cual -por temor o porque también subsisten del crimen organizado- guarda silencio ante los agentes, a los que incluso no vería con agrado.
“La policía muchas veces es obstaculizada, porque (algunos habitantes) protegen un mecanismo ilegal de subsistencia. Tienen una economía ilegal que proteger. En estos sectores el policía es el enemigo…”, cuestiona el jefe policial.
Y a esto, Herrera suma que en Nueva Prosperina “se han concentrado personas con pensamientos diferentes. Hay gente buena, medianamente buena, mala y perversa”.