Sus figuras esbeltas, sensuales, con vestimentas que logran resaltar sus atributos, atraen la atención de más de uno. Pero no es solo su belleza que acapara la atención, sino también los lujos que se dan, no de vez en cuando, sino de manera constante. Y cada detalle de su vida es publicado en sus redes sociales: cenas, paseos, nuevas adquisiciones, retoques estéticos, entre otras aparentes vanidades.

En estas mismas plataformas en las que se ‘promocionan’, como Instagram, TikTok, Facebook y Twitter, existen usuarios que no miden sus comentarios y atribuyen a que el dinero que tienen para darse esos ‘gustitos’ sería provisto por hombres que se dedicarían a una actividad ilícita en específico: el narcotráfico.

¿Es eso real? Las autoridades no lo han confirmado, pero solo en Manabí, en lo que va del año, de quince mujeres asesinadas a tiros, al menos en una decena de casos se indaga una posible relación de sus muertes con el tráfico ilícito de sustancias estupefacientes.

En un caso, como el de Anabell Loor, de 31 años, no había mayores dudas: ella fue baleada el 5 de septiembre en el malecón Leonidas Vega, del cantón San Vicente, junto a Enrique Rodríguez, de 32 años. Ambos registraban antecedentes por tráfico de drogas.

Siete meses antes, el 7 de febrero, en el barrio 15 de Septiembre, de Manta, fue asesinada Joselyn Noguera Paredes, de 23 años. Ella había sido novia de Adrián Mero Quijije, alias el Capi, un conocido narcotraficante en esa provincia, que formaba parte de la ‘directiva’ de la organización criminal Los Choneros. A él lo ‘quebraron’ después, el 31 de julio.

Otro caso relacionado con la familia del extinto jefe chonero fue el de Mery Alexandra Alcívar Vélez, de 29 años. El 8 de septiembre, cuando se detuvo en un semáforo de la vía Interbarrial de Manta, fue atacada a balazos. El carro no era de ella, sino de una hermana de el Capi. ¿Se confundieron? Eso aún es indagado.

Lo que sí quedaba claro era que la novia del narcocriminal conocía de sus actividades e incluso habría participado de estas, porque en abril de 2021 durante un operativo antinarcóticos fue atrapada con 50 mil dólares.

Esto lleva a lo que expone el maestro mexicano Ramón Celaya Gamboa, quien es abogado y especialista en Seguridad: “los narcos las utilizan para temas muy en particular y cuando ya no funcionan las terminan”. Al decir que las terminan no se refiere únicamente a la relación, sino a la vida de ellas. Eso, en base a las situaciones que ocurren en su país, aunque por lo que está sucediendo en Ecuador, no descarta que lleguemos a un nivel similar.

“Es que son mujeres atractivas, muy guapas. Por eso los delincuentes, los narcos, se fijan en ellas. Incluso, es común ver figuras del espectáculo (de la farándula) que se relacionen con ellos. Los narcos buscan mujeres atractivas, pero esa exposición las deja vulnerables”, acota el experto.

Para Celaya, quien además es vicefiscal en México, en algunos casos se debería considerar que estas mujeres también son víctimas del narcotráfico, porque ellas son utilizadas o inducidas a cometer actividades ilícitas, como el lavado o transporte de dinero, entre ciudades o países.

Un informante de la Policía en Guayaquil, bajo reserva, detalla que algunas de estas mujeres son las encargadas de hacer parecer que el dinero que mueven los traficantes es obtenido de manera legal, por medio de diferentes negocios, como bares, discotecas, restaurantes y tiendas de ropa, entre otras actividades aparentemente correctas.

Esto tampoco lo descarta César Peña Morán, quien en su trayectoria ha dirigido también la Fedoti, que es la Fiscalía Especializada en Delincuencia Organizada, Transnacional e Internacional. “Es necesario revisar los antecedentes de las presuntas víctimas, sus relaciones parentales, de amistad, amorosas, entre otras, para conocer sus nexos. Y no solo eso: sus teléfonos celulares son muy importantes”, destaca.

El funcionario indica que a través de los dispositivos se puede conocer con quién o quiénes mantenía contacto, incluso si ha borrado información, porque hay datos que se recuperan de las nubes o a través de equipos tecnológicos y, en el caso de las llamadas, se contrasta con los registros de las operadoras. Para el fiscal, que algunas de estas muertes sean dirigidas, lo lleva a sospechar que existan situaciones ilícitas de por medio.

Y aclara que eso se refuerza si, en algún caso, los proyectiles utilizados coinciden con los de otros crímenes y con indicios relacionados con grupos de delincuencia organizada. “Todas las hipótesis son valederas para saber qué sucedió antes, durante y después del asesinato”, asevera.

El experto en Seguridad Kléber Carrión, un oficial superior retirado de la Policía, añade que no todos los datos de la indagación pueden ser revelados, porque existe la reserva. Y es por eso que los investigadores no podrían confirmar de manera oficial si estas mujeres son o no, como se las denomina popularmente, unas ‘muñecas de la mafia’.

Pero expresa que muchos de estos datos se filtran o incluso la gente conoce detalles que la Policía necesita. Carrión cree que esa información es necesaria también para quienes buscan esclarecer los casos, porque deben “armar un rompecabezas”, sobre todo porque este tipo de personas “tienen muchos frentes” que son de mucho cuidado.

“Es muy complejo llegar a determinar y generar estas hipótesis”, reitera, aunque señala que los datos que circulan en redes sociales, que identifican a algunas de estas chicas de esa manera, no se alejarían mucho de la realidad.

PSICÓLOGO

“Aparentan una vida de personas millonarias”

El psicólogo clínico Johnny Mero señala que este tipo de conducta tiene diferentes aristas. En el caso de la cultural, se puede hablar de consumismo, exhibición, de la facilidad y prevalencia del ‘hacerme ver’. Esto se debería a que sus vidas no están definidas, aunque crean lo contrario y se digan ‘yo vivo para disfrutar’.

Desechan el no tener dinero. Y no es que alguien no pueda tener esa aspiración, sino que no lo hacen de la manera correcta, con un esfuerzo o por recompensa de su trabajo. Aparentan una vida de personas millonarias sin serlo. Y añade que “creen que tener dinero en exceso es tener éxito”.

“Estas personas se dejan llevar por cosas efímeras, lo que se asocia mucho con la vanidad. No tienen un propósito de vida (...). Tienen una soledad interior que buscan llenar con esas cosas y aplican el lema ‘La vida es una sola’”, argumenta.

Además, sufrirían un deterioro al mostrar solamente sus cuerpos o lo que compran, porque se lucen como un objeto. Y algunas de estas personas, al ser ‘influencers’, ocasionarían daño a quienes las siguen, porque buscan imitarlas. Ese placer efímero motivaría a que sigan esos pasos.