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La muerte esperaba en Guayaquil al tiktoker y agente de tránsito conocido como el Alacrán
El cabo de la CTE llegó horas antes de su muerte al Puerto Principal, procedente de Pichincha, donde ejercía sus funciones. También se ‘bajaron’ a un peluquero manabita. Al parecer, buscaban al dueño del local.
Al cabo segundo de la Comisión de Tránsito del Ecuador (CTE) y también tiktoker, Erwin Mauricio Reyes Castro, la muerte lo aguardaba en su tierra natal, Guayaquil.
La tarde del jueves 20 de abril, el uniformado, de 33 años, terminó su jornada laboral como agente de tránsito y viajó por casi 8 horas, desde Tandapi, parroquia rural del cantón Mejía, en la provincia de Pichincha, para pasar sus cuatro días francos con su esposa e hijos en el Puerto Principal.
Arribó al amanecer del viernes 21, durante la mañana compartió con sus seres queridos y luego, acompañado de su cónyuge, acudió a una barbería ubicada en la manzana 697 del bloque 4 de Flor de Bastión, para que le cortaran el cabello.
En el instante en que era atendido por el barbero, cuatro sujetos a bordo de dos motocicletas entraron al negocio, presuntamente con la intención de matar al dueño de la peluquería, sin embargo, él y el barbero, José Adriano Cevallos Reyes, 29 años, recibieron los tiros que eran para la otra persona.
Los cuerpos de ambos quedaron dentro del local, que abrió sus puertas hace menos de un mes. El agente de tránsito, quien vivía en el bloque 21 de la Flor de Bastión, fue asesinado delante de su amada.
Tras las pericias de agentes de Criminalística y de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida y Muertes Violentas (Dinased), en el sitio del doble crimen los cadáveres tanto del barbero como del vigilante fueron trasladados al Laboratorio de Criminalística para la autopsia.
- Siete años en la CTE
Con pesar, Elena Gutiérrez, suegra de Erwin, contó que él tenía siete años laborando en la Comisión del Tránsito, que tenía el grado de cabo segundo y que cada diez días llegaba a Guayaquil para compartir con su esposa y sus tres hijos.
“Mi yerno era un joven alegre, buena gente, yo lo quería como a un hijo. Mi hija lo vio morir, ella está destrozada. Él fue una víctima colateral del hecho criminal, pedimos justicia”, manifestó la señora, mientras esperaba a su hija, quien realizaba los trámites para retirar los restos de su amado.
Erwin estudió Odontología, pero tras abandonar su carrera decidió formar parte de la institución de tránsito. Otra de sus aficiones era colgar videos en sus cuentas sociales, como Facebook y TikTok. En esta última era conocido con el seudónimo del Alacrán, tenía 27.500 seguidores.
Tras su asesinato, varias personas colgaron mensajes expresando su tristeza por la repentina y trágica muerte del Alacrán. Su último TikTok fue el pasado 10 de abril, junto a su hija. La niña sale cantando.
De acuerdo a información de la Policía, la motivación del hecho habría sido la lucha por territorio para el expendio de droga. Los cuatro asesinos llegaron en dos motocicletas, una de color blanca con rojo y la otra negra. Los dos hombres que descendieron tenían sus rostros tapados con pasamontañas, ambos estaban armados.
“El dueño de la peluquería se escondió y uno de los fallecidos comenzó a forcejar con los criminales. Allí se desató la balacera”, manifestó el investigador.
- Tenía 15 días ‘camellando’
José Adriano era oriundo del cantón 24 de Mayo, de la provincia de Manabí y desde hace 15 días laboraba en la peluquería, contó su cuñado Kléber Rivera.
El allegado manifestó que el dueño de la barbería le ofreció trabajo y como su pariente no tenía ‘camello’ aceptó.
“Toda su vida se ha dedicado a cortar cabello, ayer (viernes) no quería ir a laborar porque se sentía mal de salud, lamentablemente, estuvo en el lugar equivocado”, lamentó el manabita.
Agregó que José era el menor de tres hermanos, que tenía un niño de dos y que su esposa se encuentra en el octavo mes de gestación. “Estaba contento porque iba a ser padre nuevamente, su esposa espera una niña”, acotó.
Sus restos serán trasladados hasta su tierra natal para ser velados y sepultados. Los fallecidos no registraban antecedentes penales. (AEB)