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Morona Santiago: ¡Su vida acabó camino a casa!
La hermana de niña fallecida en Tiwintza contó que la vio hasta el mediodía. Después, la menor de edad fue rumbo a su vivienda, pero desapareció.
Juana fue la última persona que vio con vida a su hermanita María, de 3 años, quien fue encontrada muerta en un terreno de la comunidad La Unión, en Tiwintza, Morona Santiago.
Esta joven, de 21 años, contó a EXTRA cómo fueron los últimos momentos de la menor de edad, cuyo deceso no ha sido esclarecido y que mantiene en zozobra a toda la parroquia San José de Morona, a la que pertenece la comuna.
“El 2 de septiembre, mi papá y la mamá de la niña salieron de su vivienda. Él fue a una obra y la señora a pelar pollos en una casa”, relató Juana.
Durante la mañana, María quedó a cargo de su otra hermana, de 11 años. Más tarde, la niña llegó a la vivienda de Juana junto a otro ñaño más pequeño. “Eran aproximadamente las 09:00. Me preguntaron si mi papá estaba en la casa, pero les dije que no”.
En ese momento, ambos niños subieron al segundo piso para jugar con la hija de Juana. En eso, María hizo una pausa para pedirle una naranja, fruta que le fascinaba porque su padre siempre se la regalaba o se la bajaba de una mata.
“Como no tenía naranjas, le regalé una manzana. Le partí por la mitad para que comiera y siguieron jugando”. Además, le regaló un globo rosado.
La desaparición
Cerca del mediodía, Juana le dijo a sus hermanitos, María y al otro niño, que regresaran a casa, ubicada a unos 400 metros de distancia.
Tres horas después, a las 15:00 aproximadamente, la mamá de María llegó a la vivienda de Juana preguntando por la niña, pero ya no estaba.
Allí supieron que la pequeña había sido reprendida por la hermana de 11 años que la cuidaba. “Eran las 13:00... la chiquita se había ido, pero su ñaña no la siguió, pensando que se regresaría para la casa”. Fue entonces cuando se inició el suplicio.
Las pistas
La búsqueda empezó ese mismo viernes, pero no hubo nada. Al día siguiente, la gente encontró una primera pista: era el globo rosado que le habían regalado. “No imaginamos que cerca de ahí estaría el cuerpito, por lo que se buscó en otras partes”, refirió Juana (ver infografía).
Pero las esperanzas se desvanecían conforme avanzaba el día. Los pobladores ya no siguieron con el rastreo porque había un campeonato de fútbol, aunque la familia de la niña no desistió.
El domingo pasado se retomaron las tareas y, cerca de las 12:00, otra pista fue encontrada. “Era un zapatito que llevaba puesto mi hermanita. Y cuando me lo mostraron a lo lejos se oyó que alguien lloraba. Ahí nos dimos cuenta de que ya la habían localizado”, detalló Juana, apenada.
Estaba semienterrada cerca de una mata de plátano. La sacaron y la llevaron para Sucúa, también en Morona Santiago. Sin embargo, para hacerle la necropsia fue trasladada hasta Cuenca, en Azuay.
Juana dijo que su padre y la mamá de la niña estaban a la espera de los resultados que confirmen o descarten una posible muerte violenta.