La hipótesis se lanzó como una granada que hizo estallar el miedo social: el asesinato de Jaime Villagómez Fayad, en el cantón Samborondón, Guayas, fue selectivo. Esto generó tanto temor que incluso se ha llegado a decir que el crimen pudo ser una suerte de iniciación de un sicario.

Todo ello porque la víctima, de 34 años, ni siquiera tenía antecedentes penales, según la Policía. Tampoco se conocía que haya recibido amenazas previas, a decir de sus allegados que se manifestaron en redes sociales. O que el deceso violento haya tenido que ver con un robo.

En ese contexto, para Santiago Nieto, miembro policial en servicio pasivo y especialista en seguridad, primero se debe analizar el término selectivo. “Es el tipo de muerte de una persona que ha sido identificada como un blanco seleccionado. Por cualquier motivación que haya sido. Se ordenó afectarle”.

En segundo plano, el experto considera que es muy prematuro hablar de una muerte al azar como parte de una iniciación. A su criterio, no existen pruebas de que eso haya pasado ni tampoco detenidos que aporten con indicios como para determinar lo que se ha difundido.

Como en Colombia

Sin embargo, para Carlos Blanco, coronel de la Policía en servicio pasivo y también analista en seguridad, lo que sucedió en Samborondón sí da indicios de lo que se puede venir para el país. “Lo que se vivió ahí nos traslada a lo que sucedía en Colombia, en los años noventa”.

En esa época, explica Blanco, los carteles del narcotráfico amedrentaban a los ciudadanos con este tipo de muertes. Según Blanco, la idea era escoger al aprendiz de sicario más osado de la ‘escuela de preparación’ que tienen estos criminales.

Incluso se ha determinado que en Durán, cantón guayasense, existe un sitio de entrenamiento de gatilleros que está en el cerro Las Cabras. Allá, los niños son reclutados para que cometan estos crímenes.

“A esto se suma lo que ha sucedido en Esmeraldas con los carros bombas. A eso hay que añadir los mensajes criminales al estilo mexicano de colgar muertos en puentes de Guayas”, resume el especialista. Además, según Blanco, no sería de extrañarse que en un tiempo no tan lejano las muertes selectivas ya no sean solamente de civiles, sino también de gente ligada a la justicia como lo que ocurría en Colombia en la época de Pablo Escobar.