La sirena del barrio San Cristóbal de Guajaló, en el sur de Quito, sonó incesantemente. Eran las 06:00 de ayer y el ruido despertó a Margarita Cóndor, una de las moradores de la zona, quien se enteró de que aquel alborotó había sido porque hallaron un muerto.

La mujer salió presurosa de su casa y se dirigió a la calle C, donde yacía el cuerpo de un chico, de unos 23 años. Cóndor supo entonces que aquel crimen había ocurrido por un aparente triángulo amoroso.

Según los primeros indicios, el hecho se produjo a las 02:30 de ayer, cuando la víctima, quien no estaba identificada, caminaba con una mujer por ese barrio. Ambos llegaron hasta el Pasaje 4 y, en ese momento, empezó la trifulca cuando salió de una casa el marido de aquella chica.

La bronca

Otra habitante que estaba parada junto a Cóndor, pero que prefirió no identificarse, detalló que la pareja de la mujer le reclamó a la víctima. “Le había dicho: ‘Ella es mi esposa, tú no tenías por qué haberte metido con ella’”.

Y ahí ocurrió la agresión. El ‘ofendido’ sacó un cuchillo y atacó al otro. Según William Castro, jefe de operaciones del Distrito Eloy Alfaro, el herido caminó por algunas cuadras “sin que haya recibido o pedido ayuda”.

Entretanto, el causante huyó de la escena mientras la mujer en disputa se quedó en el departamento que arriendan en una vivienda de San Cristóbal de Guajaló.

Una sola ‘chuzada’

El supuesto amante avanzó hasta la calle C y se desplomó en una vereda. El hombre quedó recostado y con los ojos abiertos. La sangre de la herida manchó su ropa y el adoquín en donde estaba tendido.

Cóndor y los demás vecinos alertaron del hecho a la Policía, que envió un contingente. Otros grupos investigativos se encargaron de revisar el cuerpo, al que no hallaron documentos que lo identificaran.

Según el mayor Castro, el cadáver tenía, a simple vista, una sola herida de puñal en su brazo izquierdo. “Nos hace presumir que murió desangrado”, concluyó.

La ambulancia de Medicinal Legal llegó y lo levantó una vez que se recogieron los indicios. Luego se dirigieron hasta el inmueble donde reside el atacante con su pareja. Esta última fue retenida por los uniformados para interrogarla.

Los vecinos, como Cóndor, se retiraron de la escena una vez que los policías concluyeron con las primeras diligencias. “Queremos más seguridad porque vivimos a merced de la delincuencia”, espetaban mientras se retiraban a sus casas.

Una cámara los captó antes del asesinato

Una de las residentes mostró las imágenes de una cámara de vigilancia de la zona. Esta captó a la víctima y a su acompañante mientras caminaban, 17 minutos antes de la tragedia.

En el video aparecen los dos, uno junto al otro, pero cada quien por su lado. Ni siquiera se los observa tomados de la mano.