Gritos, sangre y dolor. Estas acciones resumen lo que familiares de una niña, de 5 años, vivieron la madrugada del viernes 5 de agosto de 2022, en una casa de la urbanización Puerto Azul, de vía a la costa, en el oeste de Guayaquil.

A las 00:30, los abuelos de la pequeña despertaron desesperados a causa del ruido y al acercarse a su habitación, las manchas rojizas eran evidentes, en el piso y sobre la cama: la menor de edad tenía heridas en el cuello y en un brazo, pero no era la única, pues su madre, una joven de 27 años, presentaba lesiones similares.

Ante esa situación, los parientes actuaron de inmediato y trasladaron de urgencia a las heridas a una clínica particular de la avenida del Bombero, en la ciudadela Ceibos, en el norte porteño, a pocos minutos del sitio del suceso.

Tras la llegada al centro médico, los galenos comprobaron que la niña había fallecido, mientras que la madre aún respiraba. Por ese motivo, la ingresaron rápidamente al área de cuidados intensivos, donde se mantenía bajo pronóstico reservado, según información proporcionada por la Policía.

De acuerdo a informes preliminares, los investigadores se enteraron del suceso luego de que la madre y la niña fueran llevadas al hospital, pues antes no habían recibido una alerta directa del caso, que era indagado como un posible asesinato.

Presunta causante

Por los indicios recabados y por las versiones tomadas a los allegados, los agentes de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida (Dinased) determinaron que la principal sospechosa del hecho violento fue la madre de la pequeña, quien tras acto también intentó quitarse la vida.

¿Por qué lo hizo? Eso es lo que buscaban establecer los peritos, quienes analizarían los detalles obtenidos en la escena y tomarían versiones a los parientes, quienes ya habían adelantado que la joven madre sufre de trastornos psicopatológicos, por lo que ha recibido tratamiento “desde hace varios años”.

Además, por los datos obtenidos en las pesquisas, se conoció que la progenitora “presentaba tendencias suicidas”.

La sacaron en brazos

En una entrevista realizada por los investigadores a una pariente, ella relata que el abuelo de la niña fue quien la agarró en brazos para llevarla en búsqueda de atención médica. Y luego de esa escena, también vio cuando la mamá era retirada de la habitación, con el mismo objetivo: ayudarla.

De ahí, la allegada reiteró a los agentes que ambas estaban manchadas y en la misma habitación. De lo que no tenía mucho conocimiento la testigo, era del estado del tratamiento de la joven madre, pues solo sabía que llevaba seguimiento de un psiquiatra, pero no del tipo de trastorno ni de la situación actual.

Sanción

El delito que se investigaba es el asesinato. De comprobarse que actuó con lucidez, la sanción que la mamá de la niña podría enfrentar es de 22 a 26 años de privación de libertad, como señala el artículo 140 del Código Orgánico Integral Penal (COIP). Para ello, se realizarían evaluaciones y peritajes.