Eran las 19:00 del jueves 30 de junio y a pocos metros de la vía Perimetral, en la cooperativa Santiago de Guayaquil, del sur de Guayaquil, nadie se había enterado de la escalofriante escena que una mujer de la tercera edad acababa de descubrir dentro de su casa.

Los moradores solo recordaban haberla visto salir con un bebé envuelto en sábanas, mientras desesperada levantaba una mano para que algún taxista se detuviera y la llevara a un hospital. Algunos vecinos habían notado que el niño sangraba, pero nunca sospecharon que algo grave acababa de suceder, según contaron la mañana del siguiente día, el viernes 1 de julio.

En el Hospital General del Guasmo, el primer centro médico al que fue llevado el pequeño, los médicos corroboraron que tenía graves heridas en el tórax y en el abdomen, área en la que además tenía órganos expuestos, según informó el coronel Fausto Miño Valencia, jefe del distrito policial Esteros.

El oficial explicó que el niño fue apuñalado por su madre (ver infografía), una joven de 25 años que padece de discapacidades para hablar y escuchar, pero también presenta trastornos mentales, los cuales se habrían agudizado con su embarazo.

El jefe policial explicó que, la noche del jueves, fue la abuela de la mamá quien encontró al pequeño herido, junto a su madre, y decidió llevarlo por su cuenta a un centro de salud para que lo salvaran. Sin embargo, las lesiones fueron tan graves que no resistió y falleció pocas horas después.

¿Por qué lo hizo?

A través del lenguaje de señas, con la interpretación del cónyuge de la mujer, los investigadores conocieron que ella habría visto que “dentro del niño estaba el diablo” y por eso habría buscado un vídeo, en el que supuestamente vio cómo sacarlo. Luego de eso apuñaló a su bebé.

La progenitora fue aprehendida y entregada a las autoridades judiciales para que determinen su situación legal.