Los gritos de una adolescente pusieron ‘los pelos de punta’ a quienes habitan en las calles José Quiroz y Ovidio Jurado, de la ciudadela 22 de Noviembre, de Milagro. La chica era la pareja sentimental de Richard, un joven de 16 años que quedó sin vida en medio de la calle, producto de un balazo en la clavícula. La desgarradora escena se registró pasadas las ocho de la noche del lunes pasado.

No había palabras ni abrazos que sirvan de consuelo a la joven, quien no paraba de llorar y gritar: “Mi amor, no me abandones, por favor”. Pero ese dolor se mezclaba con indignación y su furia fue descargada en otro joven, al que responsabilizaba de la tragedia.

“Fue tu culpa, te odio”, le gritaba mientras lo abofeteaba con fuerza. 

Las circunstancias en las que el joven de 16 años fue asesinado no están claras, pues existen dos versiones. La primera es la de la familia de Richard. Para ellos, el adolescente murió como consecuencia del robo de la motocicleta en la que se movilizaba con su hermano, ya que cuando llegaron a la escena del crimen, el liviano vehículo no estaba.

La segunda, la que dio a conocer el jefe policial Álex López, es que el joven fallecido y su hermano habrían estado delinquiendo y fueron atacados por un grupo de personas de ese sector. Esa teoría es respaldada por las versiones que recibieron de los moradores, quienes indicaron que la víctima intentó escapar, pero llegó a una calle sin salida y sus verdugos le dieron el balazo mortal.

“Cerca del cuerpo del joven encontramos dos indicios balísticos y un cuchillo”, informó el jefe policial, agregando que, por tratarse de un menor de edad, la colaboración de la familia es importante para esclarecer este hecho. 

El ñaño es clave

Jessica A., tía del joven asesinado, le indicó a los agentes que Richard residía en la ciudadela La Lolita y que, en horas de la tarde, había tenido un problema con su pareja sentimental. Luego salió con su hermano a bordo de una moto hasta que, en la noche, recibieron la desagradable llamada. El hermano del fallecido fue cuestionado varias veces por su propios familiares cuando llegaron al lugar de los hechos. Más de una mujer enardecida lo golpeó. Él solamente se limitaba a decir: “Nos siguieron”.

Luego de eso, cuando personal policial acordonó la escena para las pericias pertinentes, el joven desapareció del sitio. La familia de la víctima mortal número 41 (fallecimientos violentos) en Milagro en lo que va de este año, insistía en que Richard era un “pelado sano”, que se dedicaba a trabajar en construcciones y bananeras, pues al ser menor de edad no tenía un empleo fijo.